José Juan Lorenzo y dos profesionales más del Ente Público Empresarial Local (EPEL), organización que administra los Centros de Arte, Cultura y Turismo de Lanzarote, fueron cesados a propuesta del grupo de gobierno del Cabildo. Lorenzo entrega sus primeras impresiones a Crónicas después de que este lunes se confirmara su destitución en el Consejo de Administración de la empresa pública.
-Tuvo que defender este lunes su gestión en el Consejo de Administración del EPEL, reunión en la que precisamente se confirmó su cese. ¿Cómo se sintió y sobre qué asuntos incidió su informe?
-Quizá no sería convencional que estuviera en el Consejo de mi cese pero creo que lo correcto era ofrecer un pequeño balance de los tres años y medio de gestión, aunque evidentemente no puede ser el balance que me hubiera gustado hacer porque necesitaba más tiempo de preparación.
En todo caso, hice un relato de los aspectos que han ayudado a modernizar la organización, y seguramente omití algunos, y también expuse al consejero de Centros Turísticos una serie de recomendaciones y temores que tenía, siempre enmarcado en el deseo de que tenga el mejor de los éxitos y los aciertos.
-¿Le convencieron las razones que le dio el grupo de gobierno del Cabildo para justificar su salida?
-No me puede convencer una justificación que no se da. Tengo claro que la gestión que se ha hecho ha sido razonablemente buena. Don Carlos Espino quiere imprimir un cambio de rumbo importante en el modelo que se había construido a partir del 2003 y entiendo que quiere volver a desandar el camino de dotar la empresa pública de una gestión profesional, ni siquiera digo independiente, sino sólo con el componente profesional. Parece ser que no es el camino que quiere andar y desea volver a una época anterior en la que el político era el que tomaba las decisiones de la gestión, que en buena lógica sigue siendo así porque para eso está el Consejo de Administración y el consejero delegado, para trazar las estrategias, pero aquí estamos hablando de la gestión del día a día, de los proyectos y de hacer que la organización funcione con eficiencia y eficacia. No es más que una creencia, pero entiendo que la voluntad de Don Carlos Espino es desandar ese camino y por tanto los profesionales, con independencia de la labor, pues no somos necesarios y de ahí que se haya tomado esa decisión.
-Antes hablaba de temores. ¿Uno de ellos es el que acaba de expresar?
-Sí. Ojalá me equivoque y se cumplan los Estatutos. El director - gerente es una figura que apareció en los Estatutos de la empresa en 2005 y es uno de los órganos de gestión de la entidad con un cierto margen de autonomía y poder que le da el Consejo de Administración para que cumpla su mandato. Así está recogido y fue fruto de un conflicto que alumbró un nuevo modelo de hacer gestión pública pero me temo que el proyecto de Don Carlos no pasa por eso sino por que sea el político el que tenga el cien por cien de la gestión. Ahí los profesionales lamentablemente no somos necesarios y por tanto se prescinde de nosotros.
-¿Usted olía que el cese suyo se produciría tarde o temprano con el grupo de gobierno del Cabildo que empezó la legislatura hace casi un año?
-Entré en una empresa pública y en la empresa pública los gobiernos cambian y yo lo asumí y por tanto asumo también la situación actual. Lo que hice fue entregarme con toda intensidad para que el consejero delegado conociera lo antes posible los proyectos y la organización, he estado entregado completamente a su servicio y prueba de ello es que a todas las líneas de trabajo que teníamos establecidas se les dio continuidad, me he volcado con toda la fuerza para que la empresa continuara su senda de progreso y con independencia de cualquier tipo de especulación.
-¿Cuál ha sido su logro más importante en el EPEL?
-Haber incorporado a la empresa pública y a los Centros Turísticos la gestión de la calidad. Hemos establecido sistemas de gestión de la calidad y medioambiental y nos marcamos que fuesen certificados por normas internacionales, pero más allá de la certificación significa un cambio profundo en la forma de funcionar de esta empresa. Eso trasciende a mi gestión y quedará para siempre en los Centros Turísticos. Las dos certificaciones, los controles, la legalización de todos los sistemas e instalaciones, el conocimiento de toda la legislación que nos aplica, la seguridad alimentaria que hemos llevado a las cocinas de los Centros Turísticos e innumerables asuntos que han estructurado un funcionamiento, me satisfacen muchísimo. Además, poner al visitante en el centro del funcionamiento de los CACTs, que con el paso de las décadas ya no era el referente.
-¿Sigue siendo un deber pendiente la rentabilidad de la restauración como unidad estratégica de negocios de los Centros?
-Es un tema pendiente pero se han dado pasos muy importantes en la gestión de costes y en la modernización de la propuesta. Teníamos la intención de presentar el día 15 de mayo la revisión de la propuesta gastronómica del Castillo de San José. Las cifras de crecimiento de la actividad de hostelería del Castillo son muy altas y ahí está puesta la rampa de lanzamiento para reducir las pérdidas y mejorar el servicio. Ese trabajo se venía haciendo y, si se continúa, dará sus frutos.
-¿Considera que la plantilla de los Centros Turísticos está sobredimensionada?
-Nunca he dicho que lo esté. Me manifiesto claro y rotundo: creo que no. Es tanto el potencial y el trabajo que tienen los Centros que incluso me atrevería a decir que hay departamentos que están infradimensionados. Sí nos faltaba un proceso de asumir toda la gestión de calidad y asumir la responsabilidad frente a los clientes, pero se está recuperando y todos son muy buenos profesionales. El trabajo con planes de formación y otras actividades espero que lo continúen los profesionales que se quedan y los que vengan.
-¿Usted se sintió respaldado por los trabajadores?
-De todos es conocido que tuve diferencias importantes con los trabajadores y que llegaron a manifestarse en conflicto abierto con una huelga. Quiero pensar que ese fue el precio de cambiar una situación y de cambiar una dinámica. Hacia los trabajadores y el Comité de Empresa sólo tengo aprecio, ellos han jugado su rol y lo han jugado y defendido como lo han entendido. Lo que siento es una sensación de aprecio profundo hacia los trabajadores de los Centros y sus representantes.
-¿Cuál será su futuro en el ámbito profesional?
-De momento no pensar en nada y tomarme un tiempo tranquilo para pensar qué es lo que quiero hacer.