Lanzarote ha sumado este pasado sábado otro preocupante incremento en el número de nuevos positivos en un solo día, con 52 nuevos contagios por coronavirus, con lo que la Isla registra ya 383 casos activos de COVID-19 y un acumulado total de positivos desde el principio de la pandemia que ya asciende a 522.
Si desde el pasado jueves el Gobierno de Canarias implementaba medidas más estrictas para Lanzarote y Gran Canaria, islas en las que ya se superaba hace unos días los 100 positivos por cada 100.000 habitantes, la realidad es que a fecha 30 de agosto de 2020, la Isla de Los Volcanes ya alcanza los 200,9 casos por cada 100.000 habitantes.
Según datos del Cabildo de Lanzarote, la última víctima mortal de la enfermedad en Lanzarote es una mujer de 79 años que padecía graves patologías previas, que se encontraba en cuidados paliativos y que falleció el pasado viernes. Es la séptima víctima mortal de la pandemia en la isla.
Según datos de la Gerencia del Hospital Doctor José Molina Orosa, con el último ingreso el pasado jueves en dicho centro hospitalario de una persona más, en concreto una mujer de 55 años, actualmente son 10 los pacientes que permanecen aislados en este centro hospitalario, 9 de ellas en planta (5 varones, uno de 79 años, dos de 71 años, otro de 70 y otro de 60; y 4 mujeres, de 55, 71, 42 y 25 años, respectivamente), y otro paciente en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), en concreto, un hombre de 65 años. La Gerencia también precisa que se eleva a día de hoy a 374 el número de pacientes contagiados que prosiguen en aislamiento domiciliario.
La edad media de los casos activos en la Isla,al menos según datos de esta semana del Cabildo de Lanzarote, es de unos 35 años.
Las buenas noticias vienen por las 133 altas médicas que se han producido en las dos últimas semanas en una isla, donde desde el pasado viernes el propio Cabildo de Lanzarote ha puesto en marcha mayores restricciones sanitarias que incluyen la suspensión, al menos durante 14 días, se actos culturales, sociales y deportivos, además del cierre preventivo de algunas playas que no cumplen con determinadas medidas de seguridad.