Fotos: Dory Hernández
El servicio de guaguas de Lanzarote que une la ciudad con diferentes puntos turísticos como Puerto del Carmen o Playa Blanca es la gran asignatura pendiente para los trabajadores de la Isla y para todos aquellos que no tienen otro remedio que usar el transporte público. Así lo pudo comprobar este miércoles Crónicas cuando, tras recibir una denuncia de varios usuarios, se desplazó hasta la playa del Reducto, en concreto hasta la parada de guaguas del sur, y lo pudo comprobar de primera mano. A mediodía, multitud de camareros, limpiadoras, trabajadores del sector de la construcción, personal de lavandería e incluso amas de casa esperaban no muy pacientemente por una guagua que les llevara hacia sus lugares de trabajo, un servicio que todos aseguraron que es insuficiente y en el peor de los casos alguno que otro lo calificó de “nefasto”.
Las constantes demoras y averías, hacinamientos y escasez de paneles informativos se lo atribuyeron a la existencia de un monopolio y aquí es cuando entra en juego la figura del chófer, que debe lidiar con una multitud enardecida que reclama su legítimo y bien ganado derecho a rellenar la hoja de reclamaciones.
Éste, resignado pero monótono, les invita a dirigirse a la oficina central de la Estación de Guaguas Arrecife Bus y es con esta misma oficina con la que contacta instantes después este medio. Desde allí dejaron constancia a Crónicas que existen retrasos y averías; de hecho, expusieron este problema sin haber sido cuestionados sobre este asunto, pero no obstante, aclararon que las reclamaciones llegan “en muy rara ocasión”.
Monopolio, retrasos, hacinamiento y horarios poco flexibles
Los trabajadores que esperaban este miércoles por la guagua -algunos prosiguieron esperando cuando este medio se fue- aseguraron que todos los días a primera hora de la mañana, entre las 07.00 horas y las 08.30 horas, las guaguas se encuentran repletas de gente. Aunque sólo se permite que viajen 69 pasajeros, los entrevistados sostienen que los viajeros van de pie, que la hilera humana comienza en la puerta de atrás y finaliza en la de delante y que los clientes hacen uso incluso de los escalones. “Subimos a tope; viene a reventar, y la mayoría de las veces vengo de pie, el pobre chófer qué va a hacer, es un simple empleado”, manifestó un indignado Azmi Reduan, camarero que vive en Arrecife y trabaja en Puerto del Carmen. Reduan aseguró además que a última hora de su jornada laboral evidentemente no le puede trasladar a los clientes que tiene prisa porque la última guagua es a las 00.10 horas de la noche.
Al verse a esas horas de la madrugada sin ningún servicio, decide casi siempre bajar con algún compañero y en el peor de los casos pagando un taxi o haciendo dedo. “Si yo salgo a las 00.10 horas y el restaurante está lleno no le voy a decir al dueño que se va la guagua; entonces tengo que subir en un taxi y el taxi es media jornada de mi sueldo; no hay servicio ninguno por la noche”, dijo en referencia a este asunto. De la misma opinión es Begoña Pérez, trabajadora de la Hostelería de 58 años y residente en Arrecife, que admitió algo dudosa que todo el mundo suele ir sentado y “30 o 40 en pie” y añadió además que ha visto como los clientes pagaban al chófer, cogían su ticket y luego entraban por la parte de atrás al verse imposibilitados para hacerlo por delante.
Los retrasos también son una constante entre los usuarios que se dirigen desde Arrecife a Puerto del Carmen o Playa Blanca. Dicen que han llegado a esperar hasta una hora 45 minutos los fines de semana aunque la peor de las críticas se la llevan las averías. “El otro día la guagua se quedó sin frenos por falta de mantenimiento, paró y nos tuvieron 45 minutos ahí parados esperando a que llegara otra guagua a recogernos; a los 45 minutos la guagua nos trajo a Arrecife”, aclaró Jaro Franco, un trabajador de Playa Blanca de 40 años. Por su lado, Soledad Espinosa, ama de casa de 62 años y que procede de Tías, explicó que “estaba en Tías esperando la que viene de Playa Blanca, la de las siete, para venir a Arrecife y se averió en Playa Blanca e hizo el servicio el otro turno el de las 08.00 horas”. Las constantes comparaciones con los servicios de guaguas de Gran Canaria y Tenerife, donde hacen incluso referencia al tranvía, se acaban haciendo inevitables por parte de estos trabajadores, donde algunos han estado trabajando en estas islas.
El que sólo existe una única empresa de guaguas, Arrecife Bus, es otra de las causas que indigna a los que requieren de estos servicios, incluso rememoran la época en que supuestamente se intentó introducir otra compañía que ya opera en otra isla y ante la imposibilidad tuvo que desistir. En este sentido, Begoña Pérez manifestó que “aquí se quiso meter una compañía hace unos años y como que no...aquí hay muchos intereses creados, cuatro o cinco que lo manejan y nada más”.
Azmi Reduan, por su parte, asegura que los trabajadores de la Hostelería, hartos de esta situación, han contemplado incluso la posibilidad de llevar a cabo una concentración, que esta idea se gestó el verano pasado y que ya hay en este sentido reunidas miles de firmas. Otras críticas, esta vez generalizadas, tienen que ver con que la escasez de marquesinas en esa parada y la inexistencia de panel informativo despista a más de un usuario, que desconocedor de la zona se dirige justo enfrente, a la parada de Costa Teguise a la espera de una guagua que les dirija a Playa Blanca o a Puerto del Carmen. Por otro lado, los viajeros critican que en más de una ocasión y tras una larga espera han visto como finalmente la guagua llega y no les recoge, según dicen ésta acaba prosiguiendo su camino al encontrarse repleta.