martes. 22.04.2025

“No me lo enseñaron”. Con estas palabras, el testigo presencial tiraba por tierra una de las bases de la acusación, que intentaba este miércoles demostrar ante la Audiencia Provincial de Las Palmas que José Antonio Suárez fue el agresor que atacó e intentó violar a María Cleofer Barreto. L.F.H. garantizó que nadie le llegó a mostrar al acusado para proceder a su identificación.

Los hechos ocurrieron el 9 de octubre de 2002, y ahora, más de cuatro años después se celebró finalmente un juicio que ya fue suspendido por la incomparecencia de éste y otros testigos fundamentales.

La esperada declaración de este testigo presencial parecía definitiva para esclarecer lo ocurrido pero finalmente no ha servido de gran ayuda, ya que se ha limitado a repetir que no recordaba nada y a la pregunta de si reconoció con seguridad al acusado en el momento de los hechos, respondió que no pudo hacerlo porque no lo vio de cerca en ningún momento.

Esta afirmación contradice abiertamente su declaración anterior, según la propia juez que instruye el caso, en la que aseguraba que había reconocido “sin ningún género de duda” al hombre que había visto minutos antes corriendo cerca de la víctima. Por esta diferencia en sus declaraciones, la magistrado le advirtió que podrían abrirse diligencias en su contra si se valora que está mintiendo al tribunal.

La sorpresa de todos los presentes por esta declaración fue motivo de atención en los alegatos finales de los abogados tanto de la defensa como de la acusación, que incidieron en lo absurdo de este testimonio insinuando incluso, por parte de la acusación particular, que podría tratarse de una forma de evitar problemas o de una reacción tras haber contactado con el acusado después de los hechos.

Visto para sentencia

La Audiencia Provincial de Las Palmas dejó visto para sentencia este caso, que lleva más de cuatro años esperando ser analizado en juicio. En este tiempo, Cleofer Barreto se ha encargado de difundir su versión a la opinión pública a través de los medios de comunicación y de tocar todas las teclas posibles para que su denuncia no quedase el olvido.

Esta decisión de recorrer periódicos y televisiones en busca de apoyos a su causa podría volverse ahora en su contra, ya que la abogada defensora utilizó algunas de sus declaraciones para evidenciar contradicciones en su testimonio.

Y es que en este juicio el objetivo de las dos partes era el de encontrar los puntos encontrados en las versiones de los testigos y las partes implicadas.

Por un lado, la acusación intentó desarticular el argumento del supuesto agresor, que insiste en su inocencia y declara ser víctima de “las mentiras” de los policías que asistieron al lugar de los hechos y que posteriormente lo detuvieron. “Soy inocente y aquí los policías son los que más mienten”, terminó exclamando este hombre después del juicio.

Por su parte, la Fiscalía pidió 6 años de prisión por delitos de agresión sexual en grado de tentativa y lesiones y una indemnización de 13.000 euros para la víctima, mientras que la acusación particular solicitó también la imputación por un delito de amenazas y daños personales, elevando la sanción hasta los 50.000 euros y la pena hasta 9 años.

El testigo que auxilió a Cleofer Barreto declara ahora no haber identificado nunca al...
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