Las palmeras de Yaiza se están perdiendo a diario sin que el grupo de gobierno haga algo
para remediarlo. Ya sea por falta o exceso de riego, por falta del mantenimiento, cuidados o tratamientos adecuados, las palmeras de los distintos pueblos presentan un estado lamentable y muchas agonizan. Este es el catastrofista resumen que hace este martes en nota de prensa la formación local Yaiza Siempre, que no entiende cómo el alcalde, Óscar Noda, exige al Cabildo el cuidado de todo el palmeral de Lanzarote en su función como consejero y se olvida de cuidar primero el que está bajo su responsabilidad.

Para Yaiza Siempre, una de las zonas más afectadas son las ubicadas en Avenida Papagayo, Castillo del Aguila y San Marcial Del Rubicón . "La absoluta desidia del concejal de Jardines y del alcalde, que parece más preocupado de su protagonismo insular que de los asuntos y del palmeral de nuestro municipio, hace que no se trabaje por remediar la situación actual", describe el portavoz de la formación local, Jonatan Lemes.
Por eso, solicitan que expertos revisen y hagan un diagnóstico de todas las palmeras al objeto de que reciban los cuidados y tratamientos correspondientes, estableciendo un plan de choque para erradicar las plagas que las atacan. "El concejal de Jardines se fue recientemente a Madrid para realizar un curso de tratamientos fitosanitarios. Lástima que los conocimientos adquiridos y pagados por toda la ciudadanía del municipio de Yaiza no hayan redundado en beneficio de nuestras palmeras", apunta el portavoz.
Por otra parte, denuncian que el exceso de riego tampoco beneficia a las palmeras, sin que el concejal de Jardines, Rubén Arca, haga algo por terminar con el despilfarro del agua. "Así algunos de los contadores han pasado de facturar 600 euros a facturar casi 4.000 euros, resultando ineficaz el mantenimiento de las redes de regadío que han perjudicado gravemente a las palmeras llevando incluso a la perdida de las mismas", indica Lemes.
Yaiza Siempre afirma que son muchas las quejas vecinales alertando del mal uso que desde
hace tiempo se está haciendo del agua por la falta de control de los sistemas de regadío que, o bien se encuentran rotos o sin supervisión de ningún operario municipal, ocasionando la falta de riego en unas zonas y el desbordamiento en otros jardines municipales.