El Ministerio Fiscal solicita un total de 17 años de cárcel para Juan Martín C.P. por un delito de asesinato al haber matado a su tío enfermo de esquizofrenia, de un martillazo en la cabeza y varias puñaladas en el cuello y el estómago que le causaron la muerte en su domicilio de Primero de Mayo de la capital grancanaria.
Según el relato de hechos del Ministerio Público, el acusado se encargaba del cuidado de su tío, Francisco P.C. que padecía una esquizofrenia. El 12 de octubre de 2007, el encausado entró en el salón de la casa y cogió un cuchillo de 29 centímetros de longitud (15 centímetros de hoja) y un martillo, momento en el que se dirigió a la habitación de su tío y le dijo: “Paco Paco, estoy harto”.
La víctima, que estaba durmiendo, “sin discusión ni previo aviso”, recibió un martillazo en la cabeza y cuando trató de incorporarse, el acusado le propinó una cuchillada en el esternón que le alcanzó el hígado y le seccionó la aorta y tocó la columna vertebral. Cuando la víctima intentó defenderse, Juan Martín C.P. volvió a atacarle con una cuchillada en el cuello que le cortó la yugular y la carótida, heridas que le provocaron la muerte por shock hipovolémico.
Posteriormente, el acusado se quitó la camiseta y dejó el martillo junto al cuerpo, se aseó y tiró el cuchillo una vez limpio en el cubo de la basura. La hermana de la víctima, que estaba en el domicilio, se despertó y accedió a dejarle dinero al agresor, que le contó lo que había hecho.
Una vez en la calle, deambuló por algunos bares de la capital y lo puso en conocimiento de un amigo aunque no se entregó en la policía.
El escrito de Fiscalía especifica que “como consecuencia de la situación familiar, el acusado no padecía un estado de conmoción psíquica de furor u ofuscación que pudiera explicar su comportamiento, pero presentaba un trastorno en el control de los impulsos no especificado que le ocasionaba una disminución leve de las capacidades volitivas sin que esto sea una anomalía psíquica permanente”.
Por su parte, la defensa, que pide una condena de 10 años de cárcel, solicita las atenunantes de alteración psíquica y actuar bajo los efectos del alcohol así como la de arrepentimiento espontáneo.
En su escrito relata que la esquizofrenia que padecía la víctima había provocado episodios de violencia en los que había llegado a golpear al acusado y a su hermana e incluso a amenazarles de muerte con cuchillos y otros instrumentos.
“Esta convivencia había producido en el acusado importantes transtornos psíquicos de los que nunca había querido ponerse en tratamiento y que pretendía paliar con abundantes bebidas alcoholicas para soportar la tan dificil convivencia que con el paso del tiempo se convirtió en insufrible”, expone defensa.