Los dos ocupantes de la patera que llegaron el pasado viernes en extrañas circunstancias a la costa del pueblo de La Santa ni habían desembarcado a otros compatriotas en otra zona de la Isla ni eran ni mucho menos los dueños de la embarcación. Según han explicado a este diario fuentes del caso, los dos ciudadanos marroquíes que fueron detenidos a su llegada al muelle del pueblo marinero del municipio de Tinajo trataron inicialmente de confundir a la gente que les recibió, contando diferentes versiones sobre algo que finalmente se ha comprobado que no era verdad.
En sus primeras manifestaciones a los pescadores de La Santa que salieron a la costa a rescatarles dijeron que no venían solos, y que los patrones y otros compatriotas habían desembarcado en otro punto del litoral lanzaroteño. Con el paso de las horas se fue comprobando que la versión no cuadraba, puesto que no se encontró a una sola persona deambulando por la Isla como suele ser habitual en un caso de esas características.
Finalmente la historia resultó mucho más insólita de lo que se esperaba, puesto que es probablemente la primera vez que sucede algo así. En realidad los dos marroquíes habían aprovechado un descuido de su dueño y robaron la embarcación de pesca en uno de los puertos de la costa de Marruecos. Ahora se sabe porque el mismo dueño de la barca se ha puesto en contacto con las autoridades locales y con pescadores de la zona y se lo ha comunicado. Los dos detenidos, a la espera de la versión oficial, podrían haber perpetrado el robo con la intención de no pagar los caros pasajes que cobran las mafias que trafican en Marruecos con seres humanos, y llegar de esta forma gratis a Europa.
Después de que fueran los pescadores los que custodiaron la barcaza, la misma ha pasado ya a ser objeto de vigilancia por parte de la Guardia Civil, que va a esperar a que el propietario, el pescador marroquí, venga a Lanzarote con los papeles correspondientes para demostrar que es suya y que los dos detenidos se la habían robado.
Pescadores locales con los que ha hablado este diario han confirmado la información, y han aportado algo que parecía cuadrar desde el principio, que no era ni de broma la típica patera que están acostumbrados a ver. "Nos extrañó mucho al llegar a la barca ver lo nueva que era, y ver sobre todo que tenía botas de goma nuevas y todo tipo de artes de pesca casi sin estrenar que nos hicieron pensar en seguida que se trataba de un profesional de la mar", han narrado. Efectivamente, como se ve en la imagen que publicó este diario y que le sirvió al propietario para identificar su barca, la patera no era tal, sino una pequeña embarcación de pesca recién restaurada para salir a la mar.