martes. 22.04.2025

FOTOS: DORY HERNÁNDEZ

Johnatan Camarasa es uno de los dos jóvenes que este domingo colaboró a salvar la vida a tres de los inmigrantes clandestinos cuya patera terminó volcando a escasos metros de la orilla de Los Cocoteros, en Guatiza, en el municipio lazaroteño de Teguise. A pesar de saberse un héroe y de que agradece el reconocimiento mediático y social que su labor está generando, Johnatan no considera que lo que hizo fuera para tanto. “Se agradece que te llamen y que te den las gracias por haberte tirado y no pensártelo dos veces, pero uno no está acostumbrado a estas cosas y creo que cualquier otra persona en mi situación habría hecho lo mismo”, comenta.

En una entrevista concedida a este diario, este joven relata los hechos que han tenido en vilo a toda Canarias desde que se diera la voz de alarma este domingo sobre las 18:30 horas. “Estaba en casa cuando escuché el jaleo de las sirenas y vi el despliegue policial. En seguida salí y me acerqué a la costa por uno de los acantilados”. El joven preguntó entonces en qué podía ayudar a las pocas personas y policías que había por allí. “Una vecina, que es la mujer de Christian -el otro joven surfista que auxilió a los inmigrantes- me prestó una tabla y no me lo pensé dos veces. Me metí en el agua y Christian ya estaba allí con otra tabla”, comenta. “Entonces vimos a un chico de unos cuarenta años que se había quedado enganchado a uno de los cabos, lo soltamos y lo conseguimos llevar hasta tierra”. Según el testimonio de Jhonatan, este inmigrante tenía una edad que rondaba los cuarenta años, y sus primeras palabras no fueron para salvarse a sí mismo, precisamente. “Era el padre de uno de los más jóvenes que ya estaba muerto. Entendimos algo así como ‘salven a mi hijo o cojan a mi hijo', pero simplemente hicimos lo que pudimos”, relata.

Según Jhonatan Camarasa, Christian Hunt ya se había encargado de sacar a un par de inmigrantes más del agua, así que, como ya había tantos policías en el lugar, decidió dejar que los profesionales hicieran su trabajo. “La verdad es que no recuerdo que hubiera nadie más por allí. Solamente vi muchos uniformes, pero no me pareció ver a ningún otro vecino de la zona”, sostiene. “Luego sí vinieron varios vecinos y lanzaron salvavidas y cuerdas, pero ya los policías se estaban encargando de todo”, agrega.

A pesar de que Jhonatan y Christian han practicado en infinidad de ocasiones el surf en la zona por donde viven, ninguno de los dos las tenía todas consigo cuando se arrojaron al mar con esas condiciones atmosféricas. “Aunque solemos ir a coger olas, nunca se puede estar totalmente seguro, sobre todo después de que te enteras de que muchos pescadores se han ahogado, pescadores que están hartos de tratar con la mar”, alega.

Lo cierto es que este joven, de raíces valencianas, todavía no ha asimilado del todo la tragedia que se vislumbraba este domingo tan cerca de su casa, y que ha terminado con la muerte de 22 de los 28 inmigrantes que viajaban a bordo de la patera.

De momento sólo el Gobierno de Canarias se ha puesto en contacto con este joven, al que ya han anunciado que será visitado por el propio presidente del Ejecutivo regional, Paulino Rivero.

“Se agradece todo este reconocimiento, pero no creo que fuera para tanto”
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