Astrid Pérez Batista debutó en la política como consejera del Cabildo de Lanzarote. Por aquel entonces era una jovencísima y prometedora abogada. En seguida, también por la buena labor que realizó en el Área de Hacienda, muchos vieron en ella el futuro dentro de un Partido Popular (PP) que por aquel entonces era ciertamente testimonial en la Isla. Había fuertes enfrentamientos que derivaron en la creación de una gestora. Lo peor llegó cuando Rafael de León se puso enfrente del todopoderoso alcalde de Las Palmas, José Manuel Soria, llegando incluso a denunciar un fraude en el intercambio de papeletas con el aquel entonces también todopoderoso Partido de Independientes de Lanzarote (PIL). En 1999 en un congreso regional que terminó como el rosario de la aurora y con el partido dividido por la mitad el propio Rafael de León se sumó al bando de los perdedores, de los ignacios gonzalez, bravos de laguna y compañía... Soria los barrió de un plumazo. De aquellos polvos vienen muchos de los lodos actuales. Contra todo pronóstico, y haciendo un resumen muy acelerado de lo que ha sido su trayectoria, ganó en 2008 unas elecciones internas a la candidata favorita del líder del partido, que tenía montada en Lanzarote una gestora que dirigía la ya desaparecida en combate María Dolores Luzardo. Ni sumando a otros candidatos Yolanda Perdomo, la delfín de Soria, logró derrocarla. Desde entonces ha ejercido con mano de hierro su poder dentro del PP insular, con aciertos y errores, con amistades y enemistades, en gobiernos y en la oposición. El partido ha crecido, eso es evidente, pero también ha sufrido importantes convulsiones y líos internos, como el que ha terminado recientemente con la expulsión de dos personas importantes como son el ex senador Joel Delgado o la ex portavoz en Tías Saray Rodríguez.
Mucho tiempo después, y de forma un tanto sorprendente, le llega la oportunidad de poner una gran guinda a su pastel político, nada menos que ocupando el segundo puesto en importancia en el escalafón regional, la Presidencia del Parlamento de Canarias. Y es curioso porque para asumir este martes el puesto tendrá posteriormente que renunciar a llevar la Alcaldía de Arrecife que tantos y tantos esfuerzos le ha costado lograr en dos ocasiones consecutivas, en ambas sin ganar las elecciones. Renuncia a un bastón de mando por deseo expreso de su actual presidente regional, Manuel Domínguez, que además de premiar la trayectoria de su compañera resuelve el lío interno que había en la capital lanzaroteña por el fuerte carácter de Pérez y del portavoz de Coalición Canaria (CC), Echedey Eugenio. Como es público y notorio, ni se llevan bien ni es probable que lograran llevarse bien en los importantes cuatro años que va a haber que afrontar en la tercera capital de Canarias.
El lunes fue la única alcaldesa que no estuvo presente en el pleno de toma de posesión de su amigo Oswaldo Betancort como presidente del Cabildo. Los otros seis alcaldes acudieron a la cita, uno de ellos, Óscar Noda, porque es además consejero de la institución insular. A pesar de mantener una buena amistad con él, de que lo lógico es que hubiera estado arropando un pacto importante entre el PP y CC en una institución clave para el futuro de esta tierra, es evidente que tenía que concentrarse en la puesta de largo de su gran día, que ha sido este martes. Por eso la vieron en el aeropuerto en lugar de estar en el salón de plenos. Por eso seguramente estaba preparada para asumir un puesto tan relevante en la política autonómica.
Pocos minutos antes de entrar al salón de Teobaldo Power, en Tenerife, se tropezó con un colaborador habitual de este grupo de comunicación, el ex concejal de Arrecife Domingo García. Un novelero como pocos se han visto que estuvo en el pleno del Cabildo del lunes y que ha estado siguiendo de cerca el pleno del Parlamento del martes. Testigo fiel de la puesta en marcha de esta nueva legislatura.
Seguramente a Astrid Pérez le habrá gustado ver un rostro conocido y amable de su isla apoyándola en un día tan trascendental para ella. Por eso sonríe sin fingimiento cuando alguien les hizo la foto a la puerta de la Cámara regional. Por eso se ríe con un ex político que sin ser de su partido, figurando realmente en un bando totalmente contrario, que no esperaba que estuviera a su lado y que no esperaba que le hiciera ilusión retrarse con ella.
Ahora queda el siguiente paso, la dimisión en Arrecife y hacer que todo se vaya poniendo poco a poco en su sitio. Después de tantas tensiones, de tantos líos, de tantas rupturas, traiciones y demás familia, Astrid Pérez parece que va a hallar la tranquilidad que tal vez no buscaba pero que algunos creerán que necesitaba.