El presidente del Club Portugalete, Eduardo Rivacoba, ha calentado este miércoles el ambiente de cara al partido de vuelta entre el club vasco y el Unión Sur Yaiza por el ascenso de categoría a la Segunda RFEF que se disputa el próximo domingo, 22 de junio, a las 11 de la mañana en el estadio de La Florida. Lo ha hecho con unas más que polémicas y no se sabe si premeditadas declaraciones en el programa "La Movida Deportiva" de Onda Vasca en las que ha criticado entre otras cosas el estado del césped del campo del sur de Lanzarote. "Es el peor campo que he visto en 8 ó 10 años. Yo valoro que ese campo tenía unos 30 años porque aparte de que estaba absolutamente destruido tenía igual 100 parches de otros cachitos de hierba artificial", denunció Rivacoba en el programa de la conocida emisora de Euskadi.
Además, el dirigente vasco destacó las condiciones climáticas que dificultaron el rendimiento de su equipo durante el choque disputado el pasado 16 de junio, exagerando como si en lugar de jugar a los veintitantos grados que había en el primer encuentro, dentro del clima subtropical que se disfruta en el paraíso que todo el mundo menos él sabe que es Canarias, lo hubiera hecho en el mismo centro del Desierto del Sahara, a unos 60 grados centígrados, grado arriba o grado abajo. "Hasta yo acabé el partido cansado de respirar ese ambiente. Yo acabé el partido y entre que los vivo con tensión y lo que se respiraba allí que era casi como respirar aire mezclado con arena volcánica... Intentaron regar el campo pero es absolutamente imposible porque el viento se llevaba el agua, calló mucho más fuera del campo que dentro. Me daban pena los jugadores, yo en el intento de calmarme suelo pasear por el campo y en algunos momentos en los que estaba en un córner los jugadores que se me acercaban lo primero que hacían era pedirme agua", destacó el presidente del equipo rival del Yaiza.
Las declaraciones del dirigente vasco han calentado las redes sociales de los aficionados del Unión Sur Yaiza y el ambiente del partido de vuelta de este domingo. De hecho, además de los ataques directos al dirigente al entenderse que las declaraciones no sólo van con notable desprecio y desdén hacia unas instalaciones que son más que dignas sino que lo hacen contra Lanzarote como territorio, inventándose lo del ambiente irrespirable o lo de que fue imposible regar un campo que ni tiene 30 años ni tiene 100 parches, se ha producido una reacción social por lo que supone como agresión al principal motor de la economía insular, el turismo. Los aficionados de Lanzarote, y todos los que no son aficionados y se han ido enterando de estas extrañas declaraciones, están ciertamente molestos, al no entender, a falta de que el hombre aclare lo que ha querido decir, si se trata de una provocación para desestabilizar al equipo rival o de una forma absurda de justificar un resultado que a lo mejor no esperaban. Si lo que quería era calentar el ambiente y motivar al equipo y a la afición rival, ese objetivo sí que lo ha cumplido.
