“El 70% de los canarios han pedido un préstamo al consumo y la inmensa mayoría de estas familias no llega ni por asomo al día 20 de cada mes”. Con estas desoladoras palabras expone la situación de los consumidores del Archipiélago Jerónimo Barrera, delegado de la Asociación de Usuarios de Servicios Bancarios (Ausbanc) en Canarias. Así las cosas, Barrera quiso hacer un llamamiento público a los ciudadanos para “que sean prudentes a la hora de pedir un préstamo, ya sea hipotecario o préstamo al consumo”.
En su opinión, el consumidor “está soportando una agresividad que surge de las financiaciones que aparecen por todos sitios”. Estima que un 30% proceden de los establecimientos comerciales, donde se financia la compra de un coche, una nevera, un televisor, etcétera. El resto, un 70% están controlados por bancos y cajas.
“Los créditos rápidos son criminales”
Los créditos rápidos están perjudicando mucho a los consumidores, en opinión de Barrera. En apariencia, señaló, la banca no se está beneficiando de estos créditos, pero “lo cierto es que las empresas que los ofrecen son subsidiarias de los bancos”. Figuran con otro nombre pero dependen de ellos, dijo.
“Los créditos rápidos son criminales y están fuera de control”, afirmó. “No hay fiscalización ni control del Banco de España ni del Ministerio de Economía y Hacienda. Es decir, operan a sus anchas”. Además, explicó Barrera, se ofertan mediante una “publicidad engañosa”, puesto que “ninguno de ellos ofrece un interés por debajo del 30%, 35% o 40%”. Un ejemplo clarificador: Si alguien pide 1.000 euros, tendrá que pagar 1.400 euros. Desde Ausbanc siempre aconsejan que huyan de esas empresas que ofrecen créditos rápidos.
Créditos al consumo para pagar los préstamos personales
El delegado de Ausbanc en Canarias también se refirió a los créditos al consumo, “créditos que la banca disfraza”. “Salen a relucir”, explicó, “cuando los préstamos personales no han podido ser pagados”. En estos casos, la banca ofrece un aumento del capital que tenían prestado, manteniendo la garantía. Barrera aseguró que “se han disparado, tal y como ha dicho el propio Banco de España”.
Las familias no llegan a final de mes
La impresión de Barrera es que “el consumidor está sufriendo”. Existen economías familiares limitadas en las que cuesta llegar a fin de mes. ¿Las causas? Una de las más claras es “la subida constante del precio del dinero, es decir, del índice Euribor, que lleva 16 subidas consecutivas”, dijo.
Barrera puso un ejemplo para ilustrar la situación: Pensemos en una persona que haya comprado una vivienda hace dos años. Pidió un préstamo de 180.000 euros (30 millones de las antiguas pesetas) a pagar en treinta años. Al 3% de interés - que era como estaba hace dos años - pagaba una cuota mensual de 760 euros al mes aproximadamente.
Hoy en día, con el Euribor al 4% más el diferencial, esa misma persona tendrá que pagar 966 euros al mes. Es decir, una subida aproximada de 200 euros al mes. A final de año habrá desembolsado 2.488 euros más. Si multiplicamos esta cifra por los 28 años que le quedan por pagar, resulta que acabará pagando 69.672 euros más por su vivienda.
Las hipotecas suben y los sueldos están congelados. ¿Cómo hacer frente a esta situación?
Solución: negociar con el banco
Las soluciones no son milagrosas, únicamente ayudan al consumidor a pagar su deuda. Por ejemplo, en Ausbanc ya han llevado este tipo de casos y han conseguido que las entidades financieras aumenten el plazo del crédito para que al consumidor le quede la misma cuota. El consumidor “va a pagar la casa que se ha comprado tres veces más cara, pero es una solución para salir adelante”, explicó Barrera, quien aseguró que ya “son muchas las personas que están llegando a este tipo de soluciones con su banco”. En este sentido, invitó a los consumidores a acudir al banco, y aconsejó “que no se pongan en manos de estos carroñeros de turno que andan por ahí y que les ofrecen reunificar las deudas que tienen con una nueva refinanciación”. Estas empresas, aclaró, tienen nombre y apellidos y nosotros las hemos denunciado. Por ejemplo, “Servicredit”, que ahora se ha cambiado el nombre por el de “Gestocredit” es una de ellas, informó. “Hemos comprobado que tienen comisiones de cancelación de las deudas anteriores, más los gastos nuevos que se originan, más el 15% o el 20% que les colocan en el total”, señaló. Por lo tanto, “lo único que consiguen con eso es aumentar la deuda y encadenarse por más tiempo”. Por ejemplo, si antes tenía que pagar 10.000 euros, ahora tendrá que pagar 16.000 euros.
Consumismo responsable
La situación que se avecina es “dura y caótica” para el consumidor, advirtió Barrera, y recordó que el presidente del Banco Central Europeo “ha advertido de que seguirán las subidas”. Explicó que “este mes no subió debido al clima internacional creado con la entrada de los dos nuevos países en la Unión Europea”. Además, señaló el “comportamiento de España, que deja mucho que desear, ya que es el país europeo con la inflación más alta”, explicó.
En su opinión, el consumidor “tiene que ser consciente de sus propias limitaciones”. Afirmó que desde Ausbac siempre dicen a los usuarios que sean muy prudentes a la hora de comprar una vivienda. “Que no se olviden de que tienen que pagarla. No sólo hay que fijarse en el precio que figura en la venta, sino también en los impuestos que tienen que pagar, en el valor añadido, impuestos por la plusvalía, notaria, seguro, registro, tasaciones, gestoría, etcétera”.
Lanzarote
La experiencia profesional de Barrera le lleva a decir que “Lanzarote es la isla en la que más se mueve el capital”. También fue la isla que más dinero tenía invertido en Fórum y Afinsa, señaló. La explicación, “un turismo más o menos saneado, se nota que circula el capital y hay un buen nivel de vida”.
Esclavos de la tarjeta de crédito
Las tarjetas de crédito y débito están “sacando la sangre como las sanguijuelas a los consumidores”, explicó Barrera. Tampoco se salvan las tarjetas de compra. “Una tarjeta de compra”, aclaró, “es una tarjeta de crédito disfrazada”. En su opinión, “el consumidor está atado de pies y manos con este dinero plástico que circula y que es un negocio redondo para la banca porque se lleva comisión con cualquier operación que el consumidor haga en un comercio”, concluyó.