martes. 22.04.2025

José Molina acudió al servicio de Urgencias del Hospital General por indicación de los sanitarios del Ambulatorio de San Bartolomé para que un otorrino pudiese atender a su familiar, de 88 años. Cuando llegó a Urgencias tuvo que esperar cuatro horas para que le dijesen que tenía que volver al día siguiente a las 10:00 horas, ya que “no había otorrino de guardia”.

Así que Antonio fue al día siguiente con este anciano, que en esta ocasión fue atendido por una enfermera que le tomó la tensión y le hizo algunas pruebas generales. Molina recuerda a la enfermera que en San Bartolomé le mandaron de forma urgente al Hospital, pero la respuesta que le dan es que “creen que el otorrino no viene a Urgencias”. Hora y media después entra en escena el médico de Urgencias que remite al enfermo a Consultas Externas, “a ver si allí hay otorrino”. Tras semejante contestación, Molinero se enfada y comienza a protestar. “Como estaba protestando, el médico me echó a la calle porque, según dijo, estaba colapsando las Urgencias”, explicó.

De allí, completamente indignado, Antonio se dirigió directamente al despacho del director del Hospital. Una vez allí le enviaron a hablar con el doctor Ocaña, pero por el camino se encontró con otro médico al que relató su epopeya. “Me preguntó qué médico fue el que me atendió en Urgencias, pero yo no lo sabía porque no quiso darme su nombre ni su número de colegiado”. El doctor le dijo que iba a investigarlo porque “Urgencias tiene un otorrino” y aseguró que si le llamaba en ese mismo momento, iría a verle enseguida. Efectivamente, “en media hora vino el otorrino y atendió a esta persona, recetándole las correspondientes pruebas para ser operado”, concluyó su relato de los hechos Antonio Molinero, en el programa El Despertador de Lanzarote Radio.

Un anciano de 88 años espera un día y medio para ser atendido de urgencia
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