martes. 22.04.2025

Fotos: Dory Hernández

Pan de molde: Fecha de caducidad desde que es envasado: de quince a veintiocho días. Tiempo del que dispone un comprador lanzaroteño para consumirlo: siete días, con suerte. ¿Por qué no salen las cuentas? Los encargados de los supermercados aseguran que es un problema de transporte: los productos tardan demasiado en llegar a las tiendas desde su lugar de fabricación. Sea como sea, los comercios de la Isla están llenos de productos perecederos como el pan de molde o los yogures que el cliente debe consumir antes de una semana. Si usted vive solo, o sola, sabrá perfectamente de qué habla este artículo, porque probablemente su nevera esté llena de comida caducada.

Los empresarios del sector aseguran que ese tipo de género se repone a diario y explican que tienen como norma retirar el producto de la venta tres días antes de su fecha de caducidad. Pero esto no se cumple en todos los establecimientos, y así lo demuestran las reclamaciones de los clientes. Este miércoles, el encargado de la frutería de un conocido supermercado de Arrecife tuvo que tirar delante de mí más de diez paquetes de ensalada envasada, todas las mazorcas de millo del expositor y las dos únicas bolsas de perejil exhibidas. Todo estaba podrido. El responsable de la sección de este comercio admitió que las quejas de los consumidores son frecuentes y que cada mes reciben una decena de ellas por escrito.

Otros responsables del sector aconsejan la compra de productos fabricados y envasados en Canarias, porque de esta forma se gana tiempo en la cuenta atrás de las fechas de caducidad, ya que los pedidos llegan hasta una semana antes que los procedentes de la península u otros países.

Afortunadamente, esto no ocurre en todos los establecimientos de la capital. El encargado de la frutería de otro gran supermercado explicó a esta redacción que, muchas veces, el deterioro del género tiene su origen en el manoseo y mal uso del mismo por parte de los clientes. En tal caso, la solución es tan fácil como no permitir el autoservicio y contratar a más personal para que sean profesionales los únicos en tocar el producto.

Ofertas inexistentes

Otras de las quejas más frecuentes de los compradores es la inexistencia de las ofertas que algunas cadenas de supermercados anuncian en sus folletos publicitarios. Según confirmó la propia encargada de sala de uno de estos locales de la Isla, son muchos los clientes que se sienten estafados por la publicidad engañosa. Estos reclamos ofrecen a sus consumidores productos con regalos, por ejemplo, que nunca llegan a Lanzarote. Son ofertas válidas sólo para los comercios de Gran Canaria, pero en los folletos ese “pequeño” detalle no se especifica.

Productos sin fecha de caducidad a la vista

No todos los productos envasados que se venden en los comercios llevan impresa la fecha de caducidad. Es el caso de muchas verduras y hortalizas. En todos los supermercados visitados, ni los pimientos (de padrón, verdes y rojos), ni el millo, ni los champiñones, ni las setas, ni los cogollos de lechuga, ni las endivias, ni los tomates cherry o de ensalada, tenían fecha límite de consumo. Solamente aparecía la fecha de envasado, que en algunos casos llegaba a superar los treinta días contando hasta el día de la publicación de este artículo.

Esto quiere decir que la caducidad de estos productos se deja al criterio del cliente o del tendero, que decide retirarlos cuando cree que ya no son aptos para el consumo. Esta es la razón por la cual muchos compradores se encontrarán en los expositores de los supermercados cogollos de lechuga con las hojas medio podridas, aguacates aplastados, piezas de fruta y tomates demasiado verdes o completamente pasados, y un largo etcétera que los consumidores conejeros conocen bien.

Cómo hacer la compra sin mirar la fecha de caducidad
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