Después del sobresalto que causó en la opinión pública lanzaroteña la noticia del derrumbamiento de una casa de un momento a otro en plena capital, surgen muchas dudas y alarmas sociales que apuntan hacia una falta de control por parte de las autoridades en las construcciones de la Isla.
La opinión de los expertos la puso este martes para Crónicas José Luis Betancort, el presidente de la Asociación de Empresarios de la Construcción de Lanzarote, que quiso evitar alarmismos asegurando que ahora mismo “no se puede ni pensar que las cosas se estén haciendo mal” en esto de la construcción porque existen medidas de regulación más que suficientes para garantizar la seguridad de los inmuebles. Aún así, Betancort sí que apuntó hacia algunas carencias que entiende que se deben corregir en la inspección de las obras ejecutadas por pequeñas y medianas empresas, que según este profesional no siguen siempre todo el protocolo de seguridad.
“Se ahorran escatimando en seguridad y no siguen siempre algunas precauciones básicas”, señaló el representante de los constructores de la Isla. Por eso, se pide un mayor número de inspecciones a estas empresas, que pueden permitirse este tipo de argucias porque no tienen sobre su trabajo suficientes controles, como apuntó este profesional del sector.
Sobre todo, señala las carencias que se dan en lo que se refiere a la seguridad de los propios trabajadores, a los que no se les proporciona en muchos casos arneses o cascos, pero también a la ausencia de algunos trámites como la firma del acta de replanteo antes de comenzar una obra e incluso de algunos informes técnicos. Estas son actuaciones que se dan según Betancort en algunas pequeñas y medianas empresas que para arrancar en su negocio se saltan este tipo de normas para ahorrar en gastos, unas actuaciones que pueden llevar a cabo porque no se les inspecciona frecuentemente. Asegura, además, que este tipo de problemas no se dan en las grandes empresas, que siguen la normativa al pie de la letra.
Un caso aislado
En cuanto al peligro de que un caso como el que sucedió la pasada semana en Arrecife se repita, Betancort tiene claro que no es probable. “Habrá que investigar las causas de este lamentable suceso, pero se han dado una serie de circunstancias que no son habituales”, explicó, por lo que no cree que se pueda generalizar afirmando que existe riesgo de desmoronamiento en las construcciones de la Isla.
Por su parte, desde el Ayuntamiento de Arrecife se insiste en el cumplimiento se todos las licencias por parte de la obra contigua al inmueble que se desmoronó y en que sólo se podrían encontrar responsabilidades en una supuesta mala ejecución por parte de la empresa de excavación o en algún problema en la estructura de la casa que se desplomó.
En este sentido, Betancort coincide con la opinión de que se han tenido que producir un cúmulo de circunstancias que han llevado a este fatal desenlace, entre las que incluye la posibilidad de que la excabadora se encontrase con algún tipo de bolsa de tierra que facilitase el desprendimiento.
Por otra parte, y valorando el estado de las edificaciones lanzaroteñas, Betancort sí que señaló algunas carencias resaltables a la hora de otorgar las licencias de construcción. Es el caso de las que se conceden para edificar sobre barrancos, una medida que puede ser muy peligrosa y que, en su opinión, se da con demasiada frecuencia.
El curso del agua
El terreno en el que se construye en Canarias tiene unas características muy particulares que hay que tener en cuenta a la hora de estudiar la ubicación de un inmueble,
En este sentido, el presidente de la Asociación de Empresarios de la Construcción de Lanzarote tiene claro que no se está teniendo en cuenta el peligro que supone construir sobre barrancos. “El agua va a intentar seguir su cauce natural por los barrancos”, explicó, de modo que no se puede garantizar la estabilidad de una construcción que se sitúe sobre este tipo de terreno.
Así, se debe tener muy en cuenta esta circunstancia a la hora de permitir que se construya “tapando un barranco” porque, aunque no observa como probable un derrumbamiento total, sí que se podrían producir pequeños hundimientos y grietas.
La seguridad de las construcciones de las Islas, en las que principalmente se utiliza el bloque, se ha puesto por este tipo de argumentos muchas veces en entredicho, llegando incluso a plantearse la posibilidad de sustituirlo por el ladrillo, que tiene mayor estabilidad.
Betancort no cree que sea necesario este tipo de medidas, ya no sólo porque el bloque es un material que se construye con picón y el ladrillo con una arcilla que no se encuentra en el Archipiélago, con lo que sería necesario importarlo, sino además porque el bloque aguanta perfectamente las condiciones climáticas de las Islas.
En caso de que fuese necesario reforzar la estructura de los edificios, como parece que ya vienen apuntando las nuevas normativas de construcción, Betancort apuesta por la utilización de una doble capa de bloques, una posibilidad que se podría empezar a exigir por ley.