Este fin de semana los lanzaroteños vivieron una gran fiesta en su capital. Las calles de Arrecife se convirtieron en un enorme escenario sobre el que se subieron los artistas invitados al Festival Malpaís 2007, que celebraba este fin de semana su tercer bloque con el Malpaís Divertido.
En esta fase del encuentro llegaron hasta la Isla una veintena de artistas desde todos los continentes, que desplegaron sus enseres en pleno centro de Arrecife con el objetivo de hacer reír a los viandantes. Y lo consiguieron. Durante toda la jornada del sábado, el color del circo inundó las calles con artistas caracterizados con los más llamativos y extravagantes atuendos y con malabares, fuego, y todo lo necesario para conseguir arrancar las carcajadas al público.
El espectáculo callejero lo abrió Álex Navarro, un “animador urbano”, como él mismo se define, que tomó el pulso al público lanzaroteño para intentar sacarlo de la rutina con un montaje muy provocativo hasta el que se acercaron los interesados y curiosos que llenaron el parque Ramírez Cerdá.
En este mismo enclave le prosiguió en su irreverencia el Niño Costrini, otro provocador que consiguió involucrar al público en sus delirios.
mucho humor y una alta dosis de locura, este artista se hizo con la atención de los que acudieron a la cita y de los que se vieron sorprendidos por la energía arrolladora de este espectáculo mezcla de humor y circo.
A la vez, los austriacos Irrwisch repetían su montaje Wegendstreits Guest. Subidos en zancos, los
Con la caída de la noche, y con el ánimo de la capital en plena ebullición, el espectáculo prosiguió hasta bien entrada la madrugada creando una imagen atípica para una noche de sábado.
Baile, música y teatro
Los ingredientes de los montajes que animaron el resto de la noche fueron de lo más variado y llegaron de la mano de las más dispares propuestas. Entre todos los artistas que se congregaron en el centro de la capital mantuvieron el movimiento de un público que llegó dispuesto a dejarse sorprender en todos los rincones y que no dudó en desplazarse por las calles de la ciudad para no perderse ninguna de las iniciativas que surgían en cada esquina.
A las 21:00 horas aparecía en medio del Parque Ramírez Cerdá una rocambolesca bailarina que llamaba la atención de los paseantes para admirar su extraña coreografía. Abigail Collins ya no es la bailarina de éxito que era, pero ahora, convertida en vagabunda, sigue empeñada en demostrar sus dotes de artista y en contar su historia de estrella venida a menos. Con esta trama, la actriz que encarna a este entrañable personaje danzó encima de sus zapatillas de baile e interactuó con un público que tuvo incluso que recogerla en sus saltos y que no pudo reprimir las carcajadas ante los delirios de esta original actuación.
Después de esta original representación, los espectadores siguieron el recorrido por el Malpaís 2007 en el Charco de San Ginés, en el que El Trío Zapatista presentó su último trabajo “Salao, Salao”. Los tres palmeros volvieron a triunfar en la Isla con sus canciones llenas de humor y la característica puesta en escena de estos maestros de la comedia.
Un público entregado y de todas las edades se reunió alrededor del escenario instalado junto a la Casa del Miedo, en donde pudieron disfrutar y aplaudir las letras de este trío que le canta sin complejos y con mucho humor a las relaciones de pareja, la actualidad de las Islas y hasta a las polémicas del Carnaval con esa particular visión que ya les ha valido el respaldo del público en sus anteriores trabajos.
Con la asistencia al Malpaís 2007 cumplen con su cita con Lanzarote, a la que han acudido a presentar sus dos últimos discos y en donde se han ganado a un público incondicional.
La magia del fuego
Cambiando radicalmente de tercio, el público del Charco de San Ginés se dirigió al Castillo de San Gabriel para disfrutar de otra propuesta de Irrwish.
Los tres austriacos se disfrazaron esta vez de campesinos para deleitar al público con un montaje lleno de magia. Los asistentes se encontraron rodeados de antorchas en llamas que pasaban de unas manos a otras con la naturalidad de quien ha entrenado muchas horas con estos peligroso malabares.
Con el fuego como principal aliado, los actores hicieron toda clase de piruetas y juegos con las antorchas en llamas, que hicieron moverse en todas las direcciones, dejando boquiabierto a un público muy participativo que no dudó en colaborar en los juegos de los protagonistas.
A la misma hora, comenzaba en el parque Ramírez Cerdá el montaje de Teatro de Pronto, que presentó Primigenio, una representación cargada de humor e irreverencia que también tuvo una gran acogida del público. Los encargados de cerrar la noche fueron los componentes de Salvapantallas, que ofrecieron un concierto junto a la Casa del Miedo del Charco de San Ginés. La mezcla de los componentes de Los Coquillos y Mr.Robinson hizo un cóctel milagroso para los cuerpos cansados de la semana, que sucumbieron ante los ritmos de las fantásticas versiones de los 80 y los temas originales de esta banda puntera nacida en las Islas.
Un espacio para los niños
Los más pequeños también tienen su propia programación cultural en este Festival.
El domingo fue la jornada reservada para ellos y desde las 10:30 horas de la mañana se abrió el Malpaís Infantil, que también tuvo como escenario la calle.
Los encargados de inaugurar este ciclo fueron Garabatos-K, una compañía de titiriteros que intentaron entretener a su público menudo con “El ratón que lee Canarias”, una trama que sumerge a los niños en el mundo de los libros y de la importancia de la escritura para divulgar conocimientos y expresar sentimientos.
Estas mismas marionetas fueron las que continuaron la actividad a las 12:30 horas con “El Gran Teatro del Circo”, un divertido acercamiento al teatro y los oficios.
La siguiente cita de los pequeños fue con los pies de Verónica González.
Los talleres que rodearon a esta última actividad los impartió Elefante Blanco, que dio la oportunidad a los niños de afrontar a través del juego el difícil camino del conocimiento del cuerpo con los ejercicios que ofrecen las técnicas de circo.
Para cerrar este bloque infantil, Delirium Teatro presentó “Caperu, una aventura en la ciudad”, una representación que intenta enseñar a los pequeños a desenvolverse en el medio urbano.