- Con las más de 170 celdas entre residenciales y complementarias, Tachíche cuenta con 500 plazas y una población actual de 220 internos, que serán distribuidos en los próximos días por los cuatro nuevos módulos residenciales masculinos y el quinto módulo de reclusión para mujeres
- El presidente de SEIP, Antonio Martínez San Juan, reclama la colaboración de las distintas instituciones de la Isla y destaca la funcionalidad de un edificio sin impacto alguno sobre el medio
El secretario de Estado para la Seguridad, Antonio Camacho, inauguró este lunes la primera fase de ampliación del centro penitenciario de Tahíche, que ya cuenta con una capacidad para 500 reclusos en unas instalaciones calificadas de “ejemplares y modernas” y consideradas como referente dentro de la calidad del sistema penitenciario nacional.
Por su parte, Gallizo adelantó que la segunda fase de ampliación comenzará en dos meses. “Cuando hayan finalizado esas obras, ya será posible acercar a su tierra a los presos lanzaroteños que hay cumpliendo condenas por toda la geografía nacional”, aseveró. En esa segunda fase de ampliación se construirán dos módulos residenciales, uno para mujeres, el edificio de cocina y lavandería, y también un almacén.
El presupuesto de la primera fase, inaugurada este lunes, alcanza los 17.484.717 euros, mientras que el total de la inversión prevista para las dos fases supera los 28,7 millones de euros.
Solidaridad y reinserción
Acompañados de la delegada del Gobierno en Canarias, Carolina Darias, además de las autoridades del Cabildo y los distintos ayuntamientos, tanto Camacho como Gallizo recalcaron la necesidad de reinserción social sobre nuestra población reclusa.
Por su parte, Mercedes Gallizo destacó la alta inversión que el Estado está destinando al ‘Plan de Renovación de Instituciones Penitenciarias (2005-2011)'. “No vamos a tener más seguridad por construir más muros, sino sólo a través de la solidaridad y la reinserción”, explicó la secretaria general de Instituciones Penitenciarias.
Por otro lado, el presidente de la Sociedad Estatal de Infraestructuras y Equipamientos Penitenciarios (SIEP), Antonio Martínez San Juan, quien reclamó la Medalla de Oro concedida por el Gobierno canario al capellán de Tahíche, Agapito Martín, reclamó durante su intervención la colaboración de las distintas instituciones de la Isla, y destacó la funcionalidad de un edificio sin impacto alguno sobre el medio.
“Las infraestructuras han sido diseñadas y construidas conforme al modelo de arquitectura bioclimática, encaminada a lograr la máxima eficacia con el mínimo impacto sobre el medio, tanto durante el proceso constructivo como durante la vida útil del establecimiento penitenciarios”, precisó.
Recorrido por las nuevas instalaciones
Poco antes de la inauguración del nuevo edificio, el propio diseñador del nuevo edificio, José Ramón Rodríguez, guió a la prensa en un recorrido por las nuevas instalaciones.
La ampliación en sí cuenta con dos nuevos edificios (4 módulos residenciales para 350 presos) con un total de 148 celdas para hombres y 6 para mujeres, junto con 22 celdas complementarias destinadas a enfermería, ingresos y régimen cerrado.
En la ampliación del centro penitenciario de Lanzarote se ha seguido el modelo de núcleo urbano autosuficiente, que caracteriza a las infraestructuras penitenciarias de última generación, con servicios culturales, deportivos y productivos comunitarios que cubren las necesidades del interno.
Masificación y lejanía
Esta obra viene a paliar los problemas de masificación que padece el centro de Tahíche. La cárcel está ocupada de tal manera que casi triplica sus posibilidades. Esta ampliación, según la Dirección Insular, desbloqueará el estado actual de la prisión y permitirá que personas que cumplen su condena fuera de la Isla puedan ingresar en Tahíche.
Según explicó el director del centro, Joaquín Freigiel, Tahíche cuenta ahora mismo con un total de 500 plazas y una población actual de 220 internos. “La población reclusa ha crecido demasiado en los últimos cinco años, sobre todo motivada por los movimientos de la inmigración y la ampliación de la Unión Europea”, afirmó.
La cárcel de Tahíche es una prisión preventiva, por lo que las personas con una condena firme necesariamente deben cumplir su pena en otros centros fuera de Lanzarote. Con las nuevas instalaciones se pretende solventar esta situación. La lejanía es en muchos casos uno de los principales obstáculos en el camino hacia la reinserción de los internos, cuyos familiares y amigos no siempre pueden asumir los gastos de desplazamiento para visitarles.
A partir del traslado de los reclusos al nuevo edificio se procederá a derruir la mayor parte de las antiguas instalaciones, de las que sólo se aprovechará un 30% para la construcción definitiva. El resultado final será la unión de ambos espacios en un solo centro penitenciario.