martes. 22.04.2025

Nueve han sido los días que finalmente ha necesitado el conocido abogado Nacho Herrero para finalizar su viaje en bicicleta por todas las Islas Canarias para dar visibilidad a la esclerosis lateral amiotrófica (ELA). El meridiano cero de El Hierro ha sido la guinda del pastel que comenzaba a cocinarse el pasado sábado 30 de Julio con una salida desde La Graciosa. A partir de ahí el camino fue ir isla a isla con esfuerzo, dedicación y mucha ilusión pese a que las fuerzas en ocasiones flaquearan y todo por una gran causa a la que dar voz. “Empezó el reto el sábado en La Graciosa que era una vuelta de reconocimiento para probar los dispositivos, la bicicleta y demás. El sábado y domingo hice Lanzarote que lo tengo muy controlado e iba con dos amigos míos que me quisieron acompañar y fue muy divertido. Llegamos a Playa Blanca y me pasé a Fuerteventura, allí me reencontré con una amiga que hacía años que no veía. La verdad que en cuanto le he comentado a toda la gente el reto se han volcado en todas las islas”, señaló el abogado.

Imagen de Nacho Herrero durante la realización del reto de recorrer toda Canarias en bicicleta.

Los primeros escollos del camino aparecieron tras abandonar Lanzarote, una ola de calor y un problema que no entraba dentro de las posibles previsiones, la rotura de su móvil, fueron los primeros problemas. “Salí de Lajares y tuve el inconveniente de que se me estropeó el móvil y entonces el recorrido que iba a hacer por pista, lo hice Lajares Antigua porque hacía calor y justo avisaron de que iba a haber una ola de calor. Entonces de antigua no quise arriesgar y empecé a ir por carretera. Fue bastante dura, pero la hice en un tiempo tan rápido en el que no había pensado que lo iba a hacer. Llegué y cogí el barco a Gran Canaria. La siguiente isla fueron palabras mayores, empecé el primer día la etapa dura desde Las Palmas y tuve problemas que me tuve que comprar un móvil”, explicó.

Los problemas de ubicación o elegir el camino equivocado fue otro de los problemas que dificultaba aún más el duro camino de Herrero en ciertas etapas. “Me fui a Artenara y allí me confundieron entre el Google Maps y la gente local y al final acabé metiéndome por donde no me tenía que meter.  Ahí es verdad que tuve un momento de mucho estrés y tuve que llamar a una amiga mía de Las Palmas porque sabía que como tomase una decisión equivocada me iba para el fondo del barranco. Ahí sí que había una ola de calor y me ahogué un poco, pero al final me ayudo un señor del lugar que me sacó de donde me había quedado enganchado y me subió con el coche tres kilómetros para enganchar con la carretera” aseveró.

Nacho Herrero en Gran Canaria

A la dureza del reto se debe sumar un hándicap más, la soledad durante la mayoría del camino, aunque sí tuvo la compañía de los grandes paisajes de las islas con los que pudo deleitarse durante las diferentes etapas. “El valle de Tejeda con el Roque Nublo y el Roque Bentayga fue algo espectacular. Anaga con las laurisilvas también fue algo precioso y había unas cuestas que no sé ni como las subí y había unas vistas muy bonitas desde el mirador del inglés” resaltó.

Imagen de Nacho Herrero en Tenerife.

Un problema con sus gafas de sol fue otro de los impedimentos que surgieron a lo largo del trayecto, además, los caminos volvieron a ser un problema. “Tuve el problema en Las Palmas de perder las gafas, entonces si iba a subir al Teide tenía que comprarme unas. En La Laguna fui a Decanthlon y luego con el Google Maps me volví a equivocar. Me hizo subir dos calles para volverlas a bajar porque no iban a ningún sitio. Al final tuve que ir al pueblo de La Esperanza, pero no por la carretera general de La Laguna sino por otra que se llama Lomo Alto que es muy dura” afirmó.  

Nacho Herrero celebrando la finalización del reto por la ELA.

Las islas se sumaban, los kilómetros en las piernas cada vez eran mayores, pero una vez apareció, el pasado martes, el cartel del meridiano cero de El Hierro todo desapareció. La emoción invadió a Nacho Herrero, quien eufórico no dudo en acordarse de la gran causa por la que se ha recorrido las ocho islas que forman el archipiélago canario en nueve días, uno más de lo previsto por problemas con los barcos. El colaborador de la asociación DalecandELA no dudo en asegurar que “ha costado, ha sido una experiencia preciosa y la volvería a repetir veinte mil veces y más por la causa por la que he hecho”. Herrero llegó a reconocer, una vez ya finalizado el reto que no creía que lo fuera a lograr. “Lo he conseguido, cuando lo plantee yo pensaba que no lo iba a conseguir”, finalizó.

Nacho Herrero finaliza la odisea del Canarias ELA Challenge
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