Lanzarote es una isla donde apenas llueve. La pertinaz sequía de los últimos tiempos, que podría dar una tregua precisamente este martes, conduce a la gente a no saber ni lo que es un paraguas. Con excepciones, claro está, como algunos turistas de piel sensible que los usan para protegerse del ardiente sol de casi todo el año o los aficionados al fútbol que acuden al campo de Argana Alta, donde un paraguas o una sombrilla de playa pueden salvarte de quemaduras de tercer o cuarto grado.
No es una exageración. Es lo que sucede en un terreno de juego que pertenece al Ayuntamiento de Arrecife que ha tenido todo tipo de carencias a lo largo de sus siempre jaquecosos años de existencia: cuando no le faltaba una cosa le faltaba otra. Ahora que el césped está más o menos bien, resulta que los diferentes gobiernos que han pasado por la institución municipal no han sido capaces de sacar adelante una obra sencilla como es la de una visera, un techo en el que protegerse del sol, como sucede en la mayoría de los campos de la Isla, o de la lluvia, que cae muy de vez en cuando pero que cuando cae, cae.
Así lo han puesto de manifiesto algunos lectores a este diario, que se han quejado de los dimes y diretes de unos políticos y otros que discuten y se echan culpas para que al final la casa esté siempre sin barrer. Uno de los lectores ha enviado incluso una imagen en la que se ve a la gente achicharrada y usando esos utensilios más propios de un domingo playero o de una jornada primaveral en Londres que de un campo de fútbol en Lanzarote.
“Deberían decirle ustedes a todos los concejales de Deportes, a los de antes y a los de ahora, que se arrallen un millo y que dejen de hablar del campo de Argana. Esta estampa que les mando es lo que tenemos que aguantar todos los domingos a las 12:30 de la mañana los que tenemos a nuestros hijos jugando al fútbol aquí en Arrecife y más concretamente en ese campo. Es una puñetera vergüenza ver cómo la gente se pelea por la sombra y encima el operario del campo les amenaza con que los va a echar”, comenta el lector que envía la fotodenuncia. “La gente como puede se mete hasta por detrás de las porterías buscando sombras, gente mayor, niños pequeños, mujeres con bebés o embarazadas, de todo...”, subraya indignado. “Tenemos que llevar sombrilla como si estuviéramos en la playa de El Reducto, sin comentarios. El último domingo casi morimos allí del calor que hacía. Y esto lleva pasando un montón de años. Arreglaron el campo y nunca proyectaron ninguna pérgola o algo parecido. Y luego está lo de los que llevan el mantenimiento del campo, que no son conscientes de que el césped, aunque sea casi nuevo, de cuatro años, hay que regarlo y mantenerlo para que no se estropee. Parece que el dinero público no duele”, resalta por último indignado el lector de Crónicas.
Es un ejemplo de las muchas personas que están indignadas por la situación de los campos de fútbol de Arrecife, puesto que el de Argana no es el único que tiene enormes deficiencias. La actual concejal de Deportes, Eli Merino, prometió en estos días en el programa “A buena hora” de Crónicas Radio que están trabajando intensamente en colaboración con el Cabildo para revertir esta situación. Habrá que dar otro voto de confianza, aunque es normal que la gente no se fíe ya de promesas que en la mayoría de los casos no se cumplen.