El Charco de San Ginés huele mal. Cuando sube la marea el agua está turbia y cuando baja aparecen todo tipo de objetos, además de fango en el suelo. La primera parte es normal, dadas las circunstancias. Así lo confirmó a esta redacción el director general de Aguas del Gobierno de Canarias, Orlando Umpiérrez, quien aseguró que “cuando hay una limpieza en marcha el agua se enturbia”. Y añadió que “hasta que no desaparezcan los lodos y fangos, y vuelva a darse entrada y salida a las mareas, no se notará la mejora en la calidad del agua”. La limpieza a la que se refiere Umpiérrez es la que está realizando actualmente la Autoridad Portuaria en el Charco.
Otra cuestión diferente es la basura que aparece en el fondo cada vez que baja la marea: Ladrillos, muebles, electrodomésticos, etcétera. Evidentemente, esas cosas no llegan al Charco a través de la red de saneamiento. Y Umpiérrez creyó necesario hacer un llamamiento a todos los ciudadanos y empresarios de la Isla para que respeten la normativa de vertidos, ya que “no se puede echar todo a la red de saneamiento”. Este es el caso del aceite, una sustancia aparentemente inocua que mezclada con el agua echa por tierra cualquier proceso de limpieza. Por otro lado, aclaró el responsable de Aguas, “ya se sabía que estos pozos, aunque en el año 2005 estuviesen vacíos, seguirían filtrando durante algún tiempo, puesto que una vez cortado el origen de los vertidos aún tardaría un tiempo en desaparecer por completo la filtración”.
Saneamiento del Gobierno de Canarias
El director general de Aguas recordó que el Gobierno de Canarias concluyó en el año 2005 las obras para cambiar la red de saneamiento que “prácticamente no existía porque estaba totalmente deteriorada y se estaba vertiendo directamente al Charco de San Ginés”, aclaró. Por lo tanto, se construyó una nueva red y Umpiérrez asegura que está en perfectas condiciones: “La red de saneamiento nueva no produce vertidos ni filtraciones. Metieron unas cámaras y se realizó un estudio para comprobar que no había ningún tipo de filtración”, señaló. Con esa primera fase del proceso para recuperar el Charco, el agua mejoró considerablemente: “Los análisis que realiza el laboratorio de Salud Pública, y que se hicieron antes y después de reponer la red de saneamiento demostraron que la calidad del agua ha mejorado muchísimo”, explicó Umpiérrez.
Sin embargo, aún no era apta para el baño. Posteriormente, prosiguió el director general de Aguas, hubo unas reuniones en la que participaron el anterior consejero de Medio Ambiente, la alcaldesa de Arrecife y el propio Umpiérrez, en las que se plantearon “una serie de actuaciones que deberían llevarse a cabo para que el Charco finalmente fuese apto para el baño”. Incluso se llegó a plantear la idea de conseguir una bandera azul, recordó.
Una vez ejecutada la obra del Gobierno regional, se consiguió que la Autoridad Portuaria hiciese una inversión, que Umpiérrez estima aproximadamente en más de 200.000 euros, para llevar a cabo una limpieza de los lodos que durante años se han estado vertiendo al Charco. Ésta es precisamente la actuación que se está llevando a cabo en estos momentos y que, una vez finalizada, mejorará el agua aún más. No obstante, Umpiérrez explicó que esta fase de limpieza de fangos debe ir acompañada de un control de vertidos o filtraciones por parte de las autoridades medioambientales de la Isla.
Vaciar los pozos negros
Cuando comenzaron las actuaciones en el Charco de San Ginés, recordó Umpiérrez, se hizo un llamamiento a aquellos ciudadanos que no estuvieran conectados a la red de saneamiento o que estuviesen vertiendo a pozos negros, que filtran (no vierten) al Charco de San Ginés, para que esos pozos negros empezasen a vaciarse y a secarse. La competencia del Gobierno de Canarias, explicó, abarca la instalación de los conectores y la reposición de los servicios que estaban mal, pero no incluiría los nuevos enganches.
Por otra parte, desde el área de Medio Ambiente y Política Territorial del Cabildo confirmaron que todos los meses se hacen análisis del agua del Charco para comprobar su nivel de toxicidad.