Los bomberos del Consorcio de Seguridad y Emergencias del Cabildo tuvieron este jueves uno de esos días en los que se ganan algo más que sueldo. Desde por la mañana hasta por la noche no pararon de atender servicios. Uno de los más importantes, por la espectacularidad del mismo, fue el incendio que se produjo en las antiguas naves de la conservera Garavilla, donde se organizó una buena después de que se ardieran kilos y kilos de corcho y escombros de la obra que se está haciendo para levantar allí un gran centro comercial.
El incendio de Garavilla alcanzó grandes dimensiones. Al llegar allí los bomberos advirtieron al responsable de la obra de que tendrían que actuar con rapidez para echar agua y espuma que evitara la propagación de las llamas, para luego poder utilizar la excavadora.
Antes, sobre las doce del mediodía, tuvieron que acudir a la carretera LZ-30 a la altura de la rotonda de los camellos de Uga para sofocar el incendio de rastrojos que se había producido también por causas desconocidas.
Ya por la noche, sobre las diez, recibieron otro aviso para sofocar el incendio que se había producido en la parte delantera de un vehículo todoterreno aparcado en la calle Jaime I de Arrecife.
Al llegar, comprobaron que ardía sólo la parte frontal del vehículo. Iniciaron la extinción del fuego con agua y luego terminaron con espuma, teniendo que forzar el capó que había quedado obstruido como consecuencia de la altísima temperatura que se registró.