martes. 22.04.2025

La Policía Nacional, la Guardia Civil y todas las policías locales de la isla de Tenerife están buscando en estos momentos al preso Juan Carlos Gámez García, que fue condenado hace una década a 17 años de cárcel por el asesinato de un soldado en Valverde (El Hierro) durante una pelea. Todas las fuerzas del orden han pedido colaboración a los medios de las islas, puesto que aunque se cree que sigue escondido en la isla picuda, lo cierto es que podría encontrarse en cualquier rincón del Archipiélago. Se trata además de un preso considerado peligroso que está recibiendo tratamiento por esquizofrenia, según han explicado a este diario distintas fuentes.

El suceso del que fue protagonista y por el que fue condenado se produjo el 30 de septiembre de 2007. Gámez García, nacido en El Hierro en 1976, obtuvo recientemente su primer permiso penitenciario, del que no regresó a la prisión Tenerife II. Tenía que haber vuelto al centro penitenciario de El Rosario el miércoles de la semana pasada, 21 de noviembre.

Ante dichas circunstancias, la autoridad judicial ha dictado una orden de búsqueda y detención, según confirmó este miércoles la Guardia Civil, que lo considera una persona potencialmente peligrosa por su pasado. Actualmente, Gámez García permanecía encarcelado en el módulo 5 de Tenerife II. Tiene antecedentes de episodios esquizofrénicos y se cree que no está tomando la medicación.

La fuga de este individuo se ha producido cuando le faltan seis años para terminar de cumplir su condena por el grave suceso ocurrido en la capital herreña, donde acabó con la vida de un militar de 29 años.

El 30 de octubre de 2008, el Tribunal del Jurado emitió un veredicto de culpabilidad por un delito de asesinato con la agravante de alevosía y la atenuante de trastorno antisocial de la personalidad.

En la discoteca La Piedra de Valverde se produjo una pelea entre la víctima y un amigo de Juan Carlos. Entonces, el ahora prófugo sacó un cuchillo y le propinó cuatro puñaladas al soldado. Las citadas lesiones afectaron a órganos vitales. Una de las heridas de arma blanca fue considerada mortal de necesidad, ya que se produjo en el lado izquierdo del pecho. Esta puñalada seccionó la arteria aorta abdominal y "tocó" la vena cava, por lo que se produjo una hemorragia masiva.

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