En esta nueva oleada de inmigración controlada por las mafias que trafican con seres humanos las islas de Lanzarote y Fuerteventura, las que están más próximas al continente, se están llevando todo el peso de la acción de las mafias que trafican con seres humanos desde hace décadas, en un fenómeno que no parece tener fin y que se tiene que atender de forma exclusiva por las personas que trabajan en tierra para prestar ayuda a la gente que llega. Este miércoles amanecerá con la noticia, como lo hizo el martes, de la llegada de otra embarcación rescatada por Salvamento Marítimo, en la que viajaban 40 personas procedentes de Marruecos, país vecino y no siempre amigo que se suponía que iba a blindar su frontera para que no saliera nadie de allí.
Según informa el Consorcio de Seguridad y Emergencias del Cabildo, la patera fue localizada pasadas las doce de la noche. En ella viajaban 34 varones, 2 mujeres y 4 menores de edad, todos en principio con buen estado de salud. Dos horas más tarde el personal de la salvamar que les rescató en altamar les llevó a la explanada de Puerto Naos, en Arrecife, el improvisado acceso de entrada que se ha establecido para poder responder ante este nuevo fenómeno.