Raúl Díaz Cachón, natural de Madrid y de 41 años de edad, ha pasado este miércoles a disposición judicial pasadas las 10 horas de la mñana, después de haber estado 72 horas detenido en los calabozos del Cuartel de la Guardia Civil de Costa Teguise por ser el principal y único sospechoso de la desaparición de su mujer, la joven paraguaya de 28 años de edad Romina Celeste Núñez Rodríguez. Lo ha hecho en el único Juzgado que tiene Arrecife especialista en delitos de violencia de género, una vez que el juez de guardia que le tocó el caso el día de su detención sopesó inhibirse en favor de sus compañeros de la otra sala, especializada en lo que se entiende que es un crimen de este tipo. Está previsto, según fuentes judiciales, que el Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) informe a partir de las 13 horas de este miércoles sobre la situación procesal en la que queda el detenido tras prestar declaración ante el juez que instruye la causa.
Y se entiende porque después de tres días de investigación ya con el sospechoso de haber asesinado a Romina Celeste bajo control policial no sólo no se ha encontrado el cadáver de la mujer sino que el detenido ha cambiado de versión en varias ocasiones, lo que ha dificultado si cabe aún más la investigación. Sin embargo, la Guardia Civil lo tuvo claro desde el primer momento, al entender que no era congruente la versión que dio Raúl Díaz al denunciar ocho días después de su desaparición que su mujer, con la que discutía frecuentemente y que en pocos meses de convivencia matrimonial (se casaron en agosto del pasado año) ya le había denunciado por malos tratos, no regresaba a casa y no daba señales de vida.
Tras pedir autorización judicial, los agentes pincharon el teléfono del sospechoso, y fue en una conversación con un primo suyo cuando descubrieron cómo le contaba que se había desecho del cadáver de Romina Celeste descuartizándolo y tirando las distintas partes del cuerpo en varios puntos del mar que riega las costas de Lanzarote. La propia Guardia Civil envió este martes una nota de prensa para determinar que tienen claro que el detenido podría incluso haber utilizado un coche de alquiler para transportar el cadáver y no dejar rastro en su propio vehículo, lo que hablaría de forma congruente para ellos de la sangre fría con la que habría actuado en todo momento, sangre fría que demostró cuando habló en Lancelot Televisión y narró con notable tranquilidad cómo le parecía hasta normal que su mujer no volviera a casa después de tantos días.
El sospechoso de la desaparición declaró este domingo tras ser detenido que él no mató a su mujer, sino que se la encontró muerta al regresar a casa y que luego tiró su cadáver al mar. Cuando la Guardia Civil le preguntó por qué ocultó el cadáver si él no la había matado, Raúl Díaz alegó que había consumido drogas y que se asustó.
También ha contado que antes de arrojar el cuerpo al mar intentó quemarlo en el jardín de su casa de alquiler para hacerlo desaparecer, pero sin conseguirlo. En su versión de los hechos, el intento de calcinarlo dañó el cadáver de Romina, de forma que cuando intentó moverlo a otro lugar, se rompió en varios fragmentos que luego tiró en diferentes lugares de la costa de Lanzarote, lugares que la Guardia Civil está rastreando desde este lunes sin éxito.
No obstante, los investigadores han advertido de que lo narrado hasta ahora es la versión del detenido, que aún no ha sido lógicamente corroborada por el hallazgo del cadáver y por la necesaria autopsia que habría que hacer en un caso de estas características.
El sospechoso todavía está detenido en dependencias de la Guardia Civil, y este martes estuvo a las dos en punto de la tarde en el domicilio en el que vivía con Romina para acompañar a los agentes que volvieron a realizar un registro ocular del inmueble. Así, este miércoles pasará a disposición judicial una vez agotado el plazo máximo de detención.
Aún no está definido qué juez le interrogará ya que el magistrado que se hizo cargo del caso en su turno de guardia sopesó inhibirse en favor del Juzgado de Instrucción de Arrecife que se ocupa de los delitos de violencia machista.
Por el momento, las investigaciones se realizan bajo secreto de sumario. El detenido ha sido asistido estos días por dos letrados diferentes, al haber renunciado el primero de ellos a su representación.