“Desde Servicios Sociales nos han llamado para que hagamos las cosas y al final siempre son problemas, problemas, problemas y llega un momento en que hemos petado”
"Hicimos los packs, se montó un albergue de 1.700 metros en una nave, que nos dejamos el alma para prepararla por si llegasen pateras, y al final, tú haces el trabajo porque te lo dicen y cuando ya has hecho todo y te llaman los proveedores… tenemos que empezar que si con un informe porque si la técnico… , que si hiciste esto o hiciste lo otro..."
"Marcos Bergaz también estaba disgustado porque no entendía que se nos pusieran tantos problemas y llega un momento en que uno peta"
El presidente de Emergencias y Rescates de Lanzarote (EMERLAN), Isidoro Blanco, esta quemado, o, como repitió varias veces durante la entrevista en el programa “A Buena Hora” de Crónicas Radio – Cadena Cope de este miércoles, ha "petao", expresión que refleja el grado de hartazgo del responsable de una organización no gubernamental que desde el primer minuto se puso al servicio de las administraciones públicas para echar una mano en todo lo que hiciera falta en la lucha no sólo contra el coronavirus sino contra la situación de emergencia social que se ha generado. Lejos de agradecerles este esfuerzo, Blanco explica terriblemente enfadado la cantidad de problemas que les están poniendo simplemente para poder hacer bien su trabajo, el trabajo que les piden que hagan, y no sólo por la falta de interés de la administración, especialmente el Cabildo, a la hora de cubrir los gastos que se generan cada día al tener que desplazar a tanta gente con tantos vehículos -no les pagan ni la gasolina-, sino por la cantidad de pegas que ponen algunos técnicos, que les hacen sentirse fatal porque hacen ver con su actitud y con sus preguntas como si encima estuvieran "robando" la comida que distribuyen. Aseguró durante la entrevista que después del trabajo que llevan encima intentando echar una mano para ayudar a la gente que lo está pasando mal por culpa del coronavirus, desde el Cabildo no paran de aturullarles con trámites y burocracia, que lo único que consiguen es entorpecer su labor y que en ocasiones les traten como si se estuvieran aprovechando. Por ello, dice que están quemando a los voluntarios de esta organización, que hay que recordar que son voluntarios, y recalca que si piden ayuda es porque realmente la necesitan para poder seguir ayudando a los demás. Lo que bien empezó, parece que en esta ocasión está acabando mal por culpa de los que no entienden realmente la gravedad de la situación y la importancia que tiene actuar con rapidez, diligencia y justicia.
- ¿Cómo lo llevan, cómo han transcurrido estos días de batalla después de la última vez que pudimos hablar?
- Bien, dentro de lo que cabe. Las necesidades siguen aumentando; las ayudas están tardando y todos los días recibimos muchísimas llamadas con peticiones de ayuda. Ya no damos abasto. Este martes tuvimos una videoconferencia con los senadores de las islas aunque el de Lanzarote no pudo estar porque tenía otra reunión y las asociaciones que estábamos decíamos lo mismo, que la Administración tarda mucho, que nosotros somos los primeros que estamos dando la cara pero que no tenemos recursos y cuando pedimos algo son peros y problemas. Ya está uno desanimado con esta cuestión.
- ¿A qué administración se refiere?, ¿quién le pone problemas?
- Nosotros hicimos unas primeras ayudas a través de Servicios Sociales del Cabildo; nos hicieron preparar unos packs de comida; los llevamos. Ahora lo tenemos que organizar todo con el consejero y la técnico responsable. Hicimos los packs, se montó un albergue de 1700 metros en una nave en Semana Santa, que nos dejamos el alma para prepararla por si llegasen pateras, y al final, tú haces el trabajo porque te lo dicen y cuando ya has hecho todo y te llaman los proveedores… tenemos que empezar que si con un informe porque si la técnico… , que si hiciste esto o hiciste lo otro. Tenemos que estar dando explicaciones y dejar claro que las cosas que hemos hecho ha sido porque el consejero o la técnico nos ha llamado. Nosotros no estamos en EMERLAN buscando un albergue sino que nos han llamado para que hagamos las cosas y al final siempre son problemas, problemas, problemas y llega un momento en que hemos petado.
- Encima de que son voluntarios, les ponen pegas administrativas…
- Muchas pegas. Estamos todo el tiempo con expedientes o con requerimientos para preguntarnos qué criterios habíamos tenido en cuenta y el criterio es que la gente necesita comer pero parece que encima estamos robando. Nosotros pasamos un listado, se llevó y se hizo. Que llamen a esas familias a las que se les llevó la comida y pregúntenles si les llevamos la comida o no. Llega un momento que te cansas y que te calientas.
- ¿Están pensando en dejarlo?
- Te lo planteas. Ayer nos reunimos y yo estoy cansado y ya la semana pasada me ingresaron por lo mismo. Me dio un cólico y tuve que estar en el hospital.
- ¿Qué dice el consejero del Cabildo al respecto?
- Yo hace una semana que no hablo con él y el hombre también estaba disgustado porque no entendía que se nos pusieran tantos problemas y llega un momento en que uno peta. En la reunión con los senadores, el presidente de la Cruz Roja también decía lo mismo y el cura de Fuerteventura igual. Lo que la gente dice es que se pega un trabajazo para montar un albergue y luego tardan 4 semanas con un expediente para que les llevaran un termo. Nosotros vaciamos una nave de 1700 metros con la ayuda de la gente de Cultura del Cabildo, montamos casetas para los baños, duchas, fontanería,… y en Semana Santa… se prepara todo y luego me llama el proveedor porque no le pagaban.
- ¿Cree que hay políticos y técnicos que no son conscientes del drama que se está viviendo?
- No son conscientes. Habría que traer a ciertas personas para que cojan el teléfono a un padre o una madre que te llama llorando porque no tiene comida para sus hijos, a ver si agiliza un poco las cosas. Me gustaría verles recibiendo llamadas y más llamadas porque duele escuchar a la gente diciendo que no tiene para comer.
- El concejal Armando Santana recibió hace días críticas por anunciar que había donado su sueldo de un mes a EMERLAN. Dijo que lo hacía público para significar la situación que llevan ustedes viviendo desde hace mucho tiempo…
- Nosotros somos una organización que nos dedicamos a la emergencia y al final, todos los servicios y el material tienen un coste. Cuando es alguien privado, le pasas una factura y cobras ese servicio. Yo jamás le he cobrado a nadie una prueba del cáncer pero es hay subvenciones y hay gente que vive de esto. Tenemos veintipico trabajadores y tuvimos que hacer un ERTE por el tema de las piscinas de los hoteles; sigo manteniendo a 15 personas porque me da pena. Yo tengo mi trabajo pero esto no se alimenta del aire y hay que sacar 30 coches que consumen combustible o hay que hacerles el cambio de aceite. Una empresa nos cedió un camión y lo tuvimos que meter en el taller para hacerle la revisión y todo son gastos.
- ¿Hay muchos políticos a los que se les llena la boca hablando de EMERLAN sin saber ni siquiera cómo pueden subsistir?
- Sí. Sé que el Ayuntamiento de Arrecife nos va a dar una donación de 4.000 y pico euros y es una ayuda. Nos llamaron porque en el colegio no localizaban a un niño y al final, fuimos a la casa. La familia agradecida y en Servicios Sociales también. Ayer en el centro de salud de Valterra, había una señora que no quería ser atendida, que estaba en la calle. La cogimos y la llevamos a la casa. Repartimos 300 comidas a niños cuota cero. Tengo que agradecer a Benjamín Perdomo cómo se ha portado con nosotros. Si yo pido una ayuda es para mantener esto, no para mí.
- ¿Aumenta día a día el número de personas con necesidades?
- Hemos tenido que pedir una línea ADSL, que vamos a pagar nosotros, porque las líneas estaban saturadas y no dábamos abasto. Aquí hay todos los días 5 personas recogiendo llamadas y tenemos una cadena de distribución de trabajo que parecemos los marciales con los alimentos. Repartimos los medicamentos, alimentos… un sinfín de servicios que hacemos encantados pero va a llegar un momento en que el de la gasolinera me meta en el juzgado o en la cárcel o alguien me ayuda.