martes. 22.04.2025

Por Laura San José

¿Qué hace un niño de 11 años a las 3 de la mañana en la calle José Antonio? Es bastante poco probable que esté jugando a los cromos o haciendo los deberes de matemáticas, así que ¿cómo permiten los padres de estos menores que sus hijos lleguen a casa con evidentes signos de borrachera a esas edades tan tempranas?Una reciente convención de responsables de pediatría que se ha celebrado en Las Palmas de Gran Canaria ha puesto sobre el tapete un dato contundente: cada vez se ven más casos en los hospitales de niños de 11, 12 y 13 años con cuadros de intoxicación etílica o por drogas, algo que antes no pasaba.

El coordinador del Programa SAM (Servicio de Atención a la Marcha), Andrés Ginés, confirma que en Arrecife también es habitual ver a niños campando a sus anchas por la calle José Antonio y parece que con el consentimiento expreso de sus padres. Asegura que no hace falta más que pasar por allí para verlo con los propios ojos. “Cuando recibimos la información quisimos investigar sobre el tema y vimos que no sólo había niños que habían bebido, sino que también consumían drogas”, asevera y concreta diciendo que además el consumo no se da de una sola sustancia, ya que lo más frecuente es un policonsumo. Dice que estos críos llegan a mezclar cannabis, cocaína o pastillas de diseño.

A Ginés no le sorprende que estos chinijos lleven ya estos hábitos tan poco saludables porque es a estas edades tan tempranas en las que se empieza a probar, sobre todo, el alcohol.

El SAM hizo el pasado mes de noviembre un informe al que llamaron Estudio sobre el Análisis de la Realidad en el que los técnicos sanitarios que entrevistaron les aseguraron que sobre todo en verano era habitual ver intoxicaciones y cuadros etílicos entre los menores, sobre todo en edades comprendidas entre los 14 y 16 años.

¿Padres consentidores?

“Invito a todos aquellos que no se lo crean a que se den una vuelta un fin de semana por la calle José Antonio” es lo que dice Ginés cuando se le pregunta si se puede confirmar la presencia de niños por las zonas de marcha de Arrecife. Dice que la respuesta está clara.

Parece que siempre que se habla de los problemas de comportamiento de los adolescentes de nuestro país se cita la excusa de que los padres de hoy en día trabajan muchas horas y tienen poco tiempo para dedicarles a sus hijos. Pero, ¿están todos ellos en sus puestos laborales a las 4 de la mañana?, porque a esa hora la mayor parte de la población permanece en casa y deberían sabes si los niños están en su habitación. Dice el coordinador del SAM que “se supone que deberían saberlo”.

Cuando se les pregunta a los chicos si han salido con el consentimiento de sus padres se encuentra de todo; desde los que aseguran que tienen permiso hasta los que dicen que sus padres no les tienen controlados.

Lo curioso es que cuando se habla con los progenitores para explicarles el problema, casi todos se asombran. “Yo tuve una reunión con la federación de padres y madres de alumnos y decían que no podían creer lo que estaba pasando y muchos de ellos aseguraban que la culpa era del Ayuntamiento que lo permitía”, comenta Ginés. Dice el responsable del SAM que es increíble que muchos adultos quieran cargar la responsabilidad al Consistorio cuando es evidente que son ellos los encargados de controlar lo que hacen sus hijos.

En opinión de Ginés muchos padres son completamente ignorantes de lo que hacen sus hijos cuando no están en casa y no se les pasa por la imaginación que puedan estar iniciando sus primeros coqueteos con las drogas o con el alcohol. Parece que algunos no quieren acordarse de su época juvenil y no aplican su experiencia a la hora de detectar las posibles mentiras de los chicos. Está claro que algunos no han sido cocineros antes que frailes o que no quieren acordarse de ello.

Alternativa saludable

Pero si a los padres les parece normal que sus hijos estén de noche en la calle, al menos deben saber que tienen la posibilidad de que participen en iniciativas que no incluyan las drogas o el alcohol. Andrés Ginés explica que éste es precisamente el objetivo del SAM. Están llevando a cabo un proyecto itinerante por el centro de Arrecife y los barrios que consiste en la utilización de las instalaciones por parte de los jóvenes para que puedan llevar a cabo aquellas actividades que son de su gusto. Así pueden tener una alternativa saludable al ocio nocturno habitual de las discotecas y bares.

Lo que se intenta es que sean los propios jóvenes los que decidan qué quieren hacer para evitar que salgan a la calle con la intención de emborracharse, que es lo que pretenden muchos, según las opiniones contrastadas por los responsables del Servicio de Atención a la Marcha.

La buena noticia está en que muchos responden de forma positiva cuando se les plantea que hay otras formas de pasarlo bien. Algunos acuden a reuniones periódicas y plantean cuáles son realmente sus inquietudes. Estos chicos son conscientes de las consecuencias que puede tener salir a emborracharse y no sólo hablamos de las intoxicaciones etílicas sino de embarazos no deseados, peleas o la rotura del mobiliario urbano. “Nosotros intentamos que esto no se produzca o que al menos, si quieren realizar algún tipo de consumo, conozcan las consecuencias” reconoce el coordinador de SAM.

Música o play-station

Los jóvenes que participan en las actividades de este proyecto se suelen decantar por escuchar música o jugar a la play-station como la mejor forma de invertir su tiempo de ocio. Aunque aparentemente parecen aficiones más propias de casa, el proyecto SAM demuestra que se pueden realizar en la calle. También les interesan cosas como la batukada, el hip hop o aprender a ser un buen dj.

Normalmente una semana al mes se llevan a cabo estas actividades en el centro de Arrecife, en el parque Islas Canarias, y las otras tres semanas se va a los barrios.

Ginés asevera que es una media de 300 jóvenes los que participan en esta iniciativa y suelen quedarse hasta las 2 de la mañana los fines de semana, en función del día o de la afluencia de la noche. A partir de ahí ellos deciden lo que quieren hacer pero si de esta manera se consigue reducir el consumo de alcohol durante el tiempo que están en las instalaciones del SAM ya se ha conseguido algo bueno. “Siempre será mejor que empiecen a beber a las 2 de la mañana que a las 11 de la noche”, confirma.

Reconoce Andrés Ginés que no conocen la opinión de los empresarios del sector de la hostelería sobre su proyecto y asegura que tienen pendiente poder reunirse con ellos a partir del mes de julio. Piensa que van a ser muy receptivos a apoyar este proyecto ya que las primeras tomas de contacto que se han producido así lo han hecho entender.

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