El director general de Promoción Educativa del Gobierno de Canarias, Rafael Juan González Robayna, firmó este viernes en las instalaciones del Museo Agrícola “El Patio” un convenio de colaboración con los responsables de la entidad Cortijo El Patio SL para facilitar la visita de los escolares canarios.
Este convenio centrará sus esfuerzos en el desarrollo de actividades que giren en torno a la difusión de la identidad lanzaroteña para “ralentizar el proceso de pérdida del conocimiento de las tradiciones y la cultura isleña”, como explicó el propio director general.
Con este propósito se pondrán en marcha diferentes actividades que tendrán como centro neurálgico el propio museo. Entre las iniciativas que ya se prevén destacan la rebaja de las tarifas a pagar por las entradas a las instalaciones para los grupos de alumnos de los centros escolares del Archipiélago, o la colaboración entre Consejería y museo para confeccionar guías y material didáctico que ayude en la difusión de la historia más reciente de Lanzarote.
Precisamente en esta línea comenzó la actividad “Proyecto de Difusión de Labores Agrícolas Tradicionales” el pasado mes de febrero y se clausuraba este mismo viernes con la visita de los alumnos del colegio de Teguise.
Un convenio para los más jóvenes
El proyecto clausurado ayer se enmarca dentro del convenio firmado entre Consejería y Museo y ha logrado que 1.050 alumnos de la Isla conozcan más de cerca una parte de la historia de sus antepasados.
Los alumnos de primero de la ESO de los centros escolares lanzaroteños fueron los primeros en pasar por esta experiencia que según el responsable de la actividad en el museo, José María Barreto, “ha sido todo un éxito”.
Los buenos resultados vienen dados ya no sólo por el valor que descubrieron que tiene este acercamiento para unos adolescentes que en muchos casos nunca habías visto un animal de granja de cerca, sino porque la diversidad de los orígenes de los grupos, les reveló la importancia de acercarles la identidad lanzaroteña.
En su visita, los alumnos pudieron comprobar cómo era la estructura de los hogares de las familias de la Isla hace un siglo y el mobiliario y costumbre de vida que seguían. Por medio de la visita guiada se les acercaba esta realidad, que luego diseccionaban a través de la guía didáctica que se elaboró a este efecto y que pusieron en práctica los profesores una vez en los centros.
El objetivo de esta actividad es el mismo que se propone perseguir cualquier iniciativa que surja del nuevo convenio. Así, se espera repetir este proyecto el próximo año, ampliar la edad de los participantes hasta 14 u 15 años invitando a los alumnos de segundo de la ESO.
Diversidad de culturas, una misma identidad
Este es el objetivo de este tipo de proyectos. Se trata de conseguir que una población tan homogénea como la lanzaroteña, en la que convergen niños llegado de diferentes países, otras Islas y de la Península conozca cuáles son los orígenes del lugar que les acoge e incluso en el que muchos ya han nacido aunque sus progenitores sean foráneos.
“Queremos impedir que se pierda la identidad concreta de una Isla en la que se cuenta además con este importante testimonio de la historia”, destacó González Robayna en la firma del convenio.
Al menos, espera que este proceso de “pérdida de identidad” se ralentice y no sea “tan brusco”.
Hay que tener en cuenta en este sentido que el Archipiélago cada Isla tiene su propia historia y tradiciones, muy diferentes en algunos casos. Por eso, el Gobierno regional pretende que los jóvenes de toda Canarias se familiaricen con Lanzarote y sus costumbres y las conozcan de cerca.
La Orden del Cachorro
En este empeño por perpetuar el conocimiento de las costumbres de la Isla están muy involucrados desde la Orden del Cachorro Canario, de la que partió el proyecto el ‘Proyecto de Difusión de Labores Agrícolas Tradicionales'.
Surgió de la convicción de que es preciso dar respuesta a la paulatina desaparición de la cultura agrícola tradicional, fruto de los veloces e intensos cambios económicos y sociales que se han venido registrando en la isla en las últimas décadas.
A la vez, se trata de despertar el interés hacia el conocimiento e interpretación del paisaje agrario lanzaroteño, acercar a los jóvenes hacia la agricultura tradicional y concienciarlos de la extraordinaria relevancia que tiene este sector en la alimentación de la población, valorizar el paisaje agrario isleño como uno soporte esencial de la industria turística y llamar la atención sobre la necesidad de conservar el paisaje y el territorio.
El proyecto cuenta con el patrocinio de la Dirección General de Promoción Educativa del Gobierno de Canarias y la Consejería de Educación y Cultura del Cabildo de Lanzarote. Además, cuenta con la colaboración financiera de La Caja Insular de Ahorros de Canarias y las empresas, Hiper Vivó, Cabrera Medina, Horinsa, Grupo Fariones y Sandos.