Fotos: Dory Hernández
La tradición manda que los pequeños premios obtenidos en la lotería del 22 de diciembre se reinviertan en el sorteo del Niño para ver si en esta segunda oportunidad se recuperan los bolsillos de la ruina económica que suponen las fiestas navideñas.
Ya que el Gordo no dejó prácticamente nada en Lanzarote, muchos están optando por confiar su suerte en este sorteo que aunque no es tan popular deja muchos más premios repartidos, con un máximo de dos millones de euros.
En la Administración número cuatro de Arrecife, Aranzu Sánchez dice que “premios grandes no dimos muchos pero sí bastantes pedreas así que algo de dinerito sí que se ha recuperado”.
La trabajadora de este local de la calle Argentina asevera que “aunque todo lo ganado no se vuelve a invertir, sí se siguen comprando décimos porque la gente confía en que siga quedando un poco de suerte”.
Comenta que de momento el nivel de ventas está siendo bueno y que siempre son los dos últimos días en los que más movimiento se nota porque “la gente es supersticiosa y piensa que para no devolver la suerte es mejor dejar el cambio del décimo premiado para última hora”.
Dice que el 13, el 69, el 5 y el 7 siguen siendo las cifras estrella y que los compradores habituales tienen unos números que consideran más bonitos que otros, aunque todos tengan las mismas posibilidades de resultar premiados.
En general, compran más los hombres y suelen hacer una inversión de 80 a 100 euros porque en su opinión “siempre se guarda algo para comprar lotería”.
Aranzu Sánchez opina que el sorteo del Niño tiene mucha tradición en Lanzarote porque reparte muchos más premios pequeños. Esto hace que haya personas que quieran invertir en este sorteo que popularmente se conoce como el “sorteo de los rascaos”.
Supersticiones
En pocas ocasiones se muestran tan claramente las supersticiones de la gente como a la hora de comprar un cupón de lotería. Según la trabajadora de la administración número 4 de Arrecife, “hay gente que no quieren comprar los mismos números que salieron en el sorteo de Navidad y personas que piden el número más feo que haya”.
Nada de 000
Dice Aranzu Sánchez que “a la gente no le gusta adquirir décimos que empiecen por 00 porque son muy bajitos y creen que la posibilidad de que salgan tantos ceros seguidos es muy pequeña, a pesar de que obviamente todos los números tienen las mismas opciones”. Comenta que sólo aquellos que quieren precisamente un número feo se terminan por llevar estos cupones de la administración. Por el lado contrario, las terminaciones en 15, 25, 21 y 44 son los considerados números bonitos.
En cuanto a la venta de lotería a los jóvenes, dice Sánchez que aunque los consumidores más habituales suelen ser personas más mayores, cada vez se va notando que a los veinteañeros también les gusta tener su propio numerito, y en muchas ocasiones llegan a la tienda en compañía de su padre o de su abuelo y así siguen la tradición del número habitual que siempre se ha comprado en la familia. Por eso, piensa que el relevo generacional en la compra de lotería está garantizado.
Lo que ya no es tan habitual es el intercambio de décimos, algo muy propio de la lotería de Navidad. Comenta Sánchez que “en este caso es más complicado porque aunque ésta última se vende desde julio, para el Niño hay menos meses y las peñas o grupos que compraron para navidad reinvierten lo mismo”.
Recuerda Sánchez que en este sorteo hay un premio especial de dos millones de euros, otro de un millón y luego se pasa a 14.000 euros o mil euros pero como se sacan muchas extracciones de dos cifras y de cuatro cifras, está mucho más repartido y con un décimo se pueden ganar 100 euros o 120.
3 meses de plazo para cobrar
Aunque es habitual ver las largas colas de gente esperando para entrar en las administraciones de lotería el día después del sorteo, también hay afortunados con menos prisas que prefieren dejar pasar unos días para hacerse con el dinero de su billete premiado y no hacerlo con agobios. Lo que se debe tener en cuenta es que hay un plazo máximo de tres meses para cobrar los décimos premiados.
Lo normal es que aquellos que tienen premios grandes acudan los primeros días para tener ya la certeza de que ese dinero es suyo y que mejor en su cuenta corriente que en cualquier otro lugar y sobre todo, para prevenir una posible pérdida o sustracción del décimo. Precisamente esto es lo que le pasó a una de las afortunadas en el pasado sorteo de Navidad, que dejó el cupón en la barra del bar que regentaba y cuando quiso ir a por él, había volado.
Aranzu Sánchez reconoce que “esto es como un talón al portador, que lo cobra quien lo encuentra”. Por ello, recomienda que “cuando la gente compre un décimo apunte el número de serie y de fracción porque si se te pierde puedes recuperarlo”.
Aunque afirma que no tiene un presentimiento especial sobre el número en que va a caer este sorteo del Niño, asevera que “me aconsejaron que me comprara un 5 y un 7 porque dicen que como no salió en Navidad, seguro que cae en uno o en otro”.