
Más de 2.000 personas se han concentrado a primera hora de la mañana de este sábado, cuando todavía no habían asomado los primeros rayos de sol del fin de semana, para acompañar a la imagen de la Virgen de Los Dolores en su salida de la ermita de Mancha Blanca, en Tinajo, para hacer la tradicional bajada hasta la iglesia de San Ginés, en Arrecife. Muchos kilómetros de distancia caminando que no ha importado a un número de peregrinos que, según los datos aportados por el Consorcio de Seguridad y Emergencias del Cabildo, se han ido sumando en seguida en los primeros metros de la procesión, con lo que se estima que las 2.000 personas iniciales que ya estaban en Mancha Blanca sobre las seis de la mañana se han transformado en muchas miles más en pocos minutos.


El ambiente ha sido de fiesta grande, teniendo en cuenta que es una tradición que se había dejado de hacer durante décadas, nada menos que 35 años. Autoridades locales y ciudadanos de todos los rincones de la Isla no han querido perderse un momento así, conscientes todos de que era un instante único y posiblemente irrepetible para muchos.



De ahí que no haya importado el madrugón y mucho menos el largo recorrido que había que hacer para llegar hasta el destino final, la capital de la Isla.


El pasado mes de mayo la Diócesis de Canarias, en colaboración con el Cabildo de Lanzarote y los ayuntamientos de Tinajo, San Bartolomé, Teguise y Arrecife, anunciaron que se iba a producir la tercera bajada de la Virgen de Los Dolores. La histórica peregrinación conduciría la imagen desde su ermita en Mancha Blanca hasta la parroquia de San Ginés en Arrecife, donde permanecerá durante una semana.


“Esta decisión pastoral responde a una demanda recurrente de la sociedad lanzaroteña, tanto de quienes vivieron la última peregrinación hace 59 años, como de las nuevas generaciones que desean experimentar este evento transmitido por sus mayores. Además, este acontecimiento se enmarca dentro del proyecto pastoral diseñado por la Diócesis de Canarias para los próximos tres años, y sirve como preludio al Jubileo del año 2025”, explicó entonces el Obispo Auxiliar de Canarias, Monseñor Cristóbal Déniz Hernández.

“La Iglesia confía en que esta iniciativa movilizará a la comunidad lanzaroteña y proporcionará una guía espiritual similar a la procesión histórica de 1736, cuando los habitantes de la isla llevaron a la Virgen a las corrientes de lava para detener una erupción volcánica, promesa que culminó con la construcción de la ermita de Mancha Blanca”, añadió.


El presidente del Cabildo de Lanzarote, Oswaldo Betancort, mostró su “entusiasmo y su total predisposición para impulsar las gestiones necesarias para asegurar que el trayecto cumpla con todas las condiciones de seguridad y participación y que este hecho histórico para Lanzarote cuente con el arrope de la sociedad lanzaroteña y graciosera, así como con la colaboración de los ayuntamientos implicados”.
La Tercera Bajada en toda la historia
Esta será la tercera vez en la historia que la imagen de la Virgen de Los Dolores realice una bajada. La última ocurrió en 1965, durante la “Cruzada del Rosario en Familia”, un movimiento católico fundado por el sacerdote Patrick Payton, que reunió a más de 25.000 personas en Arrecife.

Este año se conmemora el 200 aniversario de la erupción del volcán de la capellanía del Clérigo Duarte, un suceso que reforzó la devoción a la Virgen de los Dolores, proclamándola Virgen de los Volcanes.

“Aunque en esta ocasión no enfrentamos una amenaza volcánica, reconocemos las múltiples amenazas actuales para la convivencia mundial, social y personal y esperamos que esta bajada fomente una experiencia profunda y comunitaria de la fe, ofreciendo una guía ejemplar para la vida personal y social”, manifiestan desde la Diócesis.

“Queremos que esta experiencia sinodal, simbolizada en la expresión caminando juntos, sea un marco para vivir la fe cristiana en la sociedad actual y una referencia social para promover una convivencia respetuosa, empática y colaborativa en toda la isla”, expresó el Obispo.
“Estamos seguros de que este evento eclesial y social resonará no solo en Lanzarote, sino en toda nuestra Diócesis, fortaleciendo la comunión y la unidad en la fe y la caridad bajo la protección de la Virgen María”, concluyó.
La peregrinación cubrirá aproximadamente 18 kilómetros desde Mancha Blanca hasta la parroquia de San Ginés, donde se programarán diversos actos y celebraciones diarias, cuyos detalles se anunciarán próximamente.
La fecha elegida para el regreso de la Virgen de Los Dolores a Mancha Blanca es el 8 de diciembre, festividad de Nuestra Señora de La Inmaculada Concepción.