El volcán de Cumbre Vieja de Palma ha entrado ya en su fase más explosiva mientras la lava sigue avanzando sin tregua hacia el mar y la nube de cenizas y azufre amenaza con extenderse por toda la península en las próximas horas.
Según la predicción del Instituto de Geociencias de Madrid, el mapa de desplazamiento se puede ver cómo la nube tras pasar por el Norte de África, sigue su camino hacia la costa levantina hasta llegar a Baleares el jueves.
El investigador Mark Parrington, del Servicio de Monitorización Atmosférica Copernicus ha mostrado también la previsión de una evolución en la que se ve cómo las emisiones cubrirán ya el viernes todo el mapa.
El dióxido de azufre es un gas irritante y tóxico cuya concentración durante cortos periodos de tiempo resulta muy perjudicial para los ecosistemas y para la salud, ya que puede irritar el tracto respiratorio, causar bronquitis, reacciones asmáticas, espasmos reflejos, parada respiratoria y congestionar los conductos bronquiales de los asmáticos.
Mientras tanto, los científicos siguen tratando de averiguar el tiempo que tardará el volcán en dejar de estar en erupción, que, según el Involcan, podría oscilar entre 24 y 84 días, con una media de 55 días, o lo que es lo mismo, podría seguir expulsando lava al menos hasta noviembre o incluso llegar a diciembre.
El dato lo han obtenido analizando las erupciones históricas ocurridas en la isla de La Palma desde la última, que tuvo lugar en Teneguía en 1971 y duró 24 días, a la más larga, en Tehuya, en 1585, que se prolongó durante 84 días.
El comité científico que asesora al gabinete de crisis ha calculado en 200 metros por hora la velocidad con la que avanza la lava en su camino hacia el mar y además estima que la deformación del suelo en la zona próxima a la erupción asciende a los 28 centímetros.
Respecto al dispositivo que trabaja por turnos en las labores de ayuda, está formado por 743 efectivos de seguridad y emergencias de las distintas administraciones.
A ellos se suman decenas de científicos y expertos que a diario toman de muestras de ceniza, lava y gases y realizan inspecciones de campo y observaciones mediante drones para comprobar la evolución de la actividad del volcán y tratar de averiguar cuanto tiempo se prolongará esta catástrofe.
Crece un 50% el área afectada por la erupción
Entretanto el área afectada por las coladas del volcán ha aumentado un 50% en las tres jornadas que lleva en erupción y los expertos calculan que la situación se prolongará una media de 55 días, lo que hace prever que podría seguir expulsando lava al menos hasta noviembre.
A medida que pasan los días la situación en las zonas aledañas al volcán se hace más difícil, sobre todo para las 5.700 personas evacuadas hasta el momento que han tenido que abandonar a toda prisa los 185 inmuebles dañados o destruidos por las coladas, 65 de los cuales eran viviendas.
La lava continúa abriéndose paso hacia el mar y deja ya detrás 153 hectáreas de terreno sepultadas por las piedras, el fuego y las cenizas, según cálculos del Instituto Volcanológico de Canarias a partir de las imágenes de satélite del programa Copernicus.
El último mapa facilitado por este programa europeo de seguimiento de emergencias muestra la situación a las 8.14 horas de ayer martes, 21 de septiembre, y permite comprobar que si se compara con el anterior, de las 19.50 horas del día 20, el área afectada se ha incrementado de 103 a 153 hectáreas, alrededor de un 50 por ciento.
Otro de los grandes problemas que conlleva la erupción es la gran cantidad de ceniza y de humo que hace que cada día se estén emitiendo a la atmósfera entre 6.140 y 11.500 toneladas de dióxido de azufre (SO2), según las mediciones realizadas por el Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan).
Una decena de científicos expertos en el Etna viajan a La Palma para ayudar
Por otro lado, una decena de científicos italianos, expertos en el seguimiento del Etna, el volcán más activo de Europa, se ha desplazado hasta la isla española de La Palma para ayudar en las tareas más urgentes tras la erupción desatada este domingo. Así lo ha indicado este miércoles Gianfilippo de Astis, del Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología italiano (INGV).
Los investigadores del INGV que "han ido a La Palma, en coordinación con INVOLCAN (Instituto Volcanológico de Canarias) pertenecen a grupos especializados en distintos aspectos que han sido llamados para ayudar en el monitoreo, como tomar muestras o hacer análisis, aspectos ligados a la ayuda más inmediata, pero también para ayudar en las investigaciones más urgentes", explicó.
El INGV hace el seguimiento de los volcanes en Italia, con especial hincapié en el Etna, en Sicilia (sur), que este martes experimentó una nueva erupción en su cráter sureste, con emisión de cenizas y lava, "la número 50 desde febrero pasado", cuando el volcán retomó su actividad con «paroxismos que forman columnas» de cenizas y emisiones limitadas de lava.
Según los responsables del INGV, el Etna y La Palma "se asemejan porque son islas con un cono lateral" con "erupciones explosivas y coladas de lava» y también porque el Etna ha vivido en el pasado episodios como el que se vive ahora en Canarias, con «la apertura de nuevas bocas desde cuotas bajas que, como en España, han golpeado estructuras y asentamientos humanos y campos agrícolas, arrasando todo a su paso".
«Una en particular, considerada histórica y que tuvo lugar en 1669, llegó hasta el mar, hasta Catania, golpeando una ciudad grande, arrasando campos y cultivos y que es lo que, a un nivel menor, está sucediendo en La Palma, con la evacuación de personas y la destrucción de estructuras y edificios», explicó.
La ultima erupción de este tipo en el Etna se registró en el 2001, «pero hay una gran diferencia porque la cuota era mucho más alta del volcán, de 2.900 metros, con una fractura a 2.100 metros, mientras en 1669 la boca estaba a 800 metros de cuota, mucho más baja, problemática y peligrosa».
En cualquier caso, en ambos volcanes, la lava "avanza despacio, por lo que raramente supone un peligro para las personas, y hay tiempo para la trasladar a la población, aunque con las casas o los campos no se puede hacer nada".
Sobre la posibilidad de prever con anticipación el punto casi exacto de las erupciones, como ha ocurrido en La Palma, De Astis destacó que depende del volcán: "No todos son tan 'amables' como para avisarnos, pero algunos sí, en particular aquellos en los que el movimiento del magma es bastante lento y se advierten señales, como las deformaciones del suelo".
"Es el caso del Etna, La Palma, también en Islandia, se registran señales que permiten prever la erupción al menos dos o tres días antes", mientras que "con un magma más profundo y un conducto abierto, es mucho más difícil", dijo.
Sobre la posibilidad de que el volcán de La Palma, tras la erupción actual, pase a tener una actividad explosiva regular de baja intensidad, como le sucede al Etna, que lleva más de siete meses continuados de paroxismos, el vulcanólgo ha explicado que aunque es difícil de saber, es una posibilidad bastante factible.
"Por ejemplo, se ha visto en Islandia que el magma se queda muchas muy cerca de la superficie y se alternan diversas fases eruptivas, algunas con efusiones de lava y otras con explosiones más o menos continuas y rítmicas" "En La Palma podría ser así», afirmó, aunque "hay que ver la evolución de la situación en los próximos días".
Sobre los intentos de crear un canal para poder dirigir la lava en una dirección y evitar así que arrase los edificios, el experto dijo que los intentos en ese sentido efectuados en Italia no dieron el resultado esperado: "Aquí se hizo en 1983 y fue un éxito a medias porque fue mucho trabajo y luego la alimentación de lava continuó y el canal no pudo acogerla", ha apostillado.
El vulcanólogo destacó que las erupciones son "situaciones críticas donde el limite entre el éxito y el fracaso cambia muy fácilmente por el comportamiento de la naturaleza" y "la intervención del hombre funciona a veces, si le ayuda el volcán".
La Policía Nacional refuerza con nuevos efectivos a la isla de La Palma
Por su parte, también la Policía Nacional ha comunicado este miércoles que efectivos de las unidades del Grupo Operativo Especial de Seguridad (G.O.E.S) y Guías Caninos de la Jefatura Superior de Canarias tienen previsto desplazarse hasta la isla de La Palma para reforzar y colaborar en el dispositivo de emergencia establecido con motivo de la erupción volcánica.