martes. 22.04.2025

De vez en cuando uno se tropieza en Lanzarote con algo que por unas razones u otras destrozan la imagen de un idílico lugar que es por méritos propios Reserva Mundial de la Biosfera. Son de esos casos extraños pero reales que salpican la vista y provocan el efecto contrario al que produce la visión de una viña en La Geria o de una palmera en Haría. Es el caso de las ruinas de la antigua discoteca Maui, un mamotreto que está en medio de dos carreteras que lleva décadas en total y abandono. A finales de los noventa la gente que salía de marcha en la Isla, mucha menos de la que sale ahora en un territorio que ha duplicado su población en apenas cuatro lustros, solía, en el caso de los más trasnochadores, acabar en ese recinto, que por unas razones y otras terminó echando el cierre. Pero tuvo su momento de gloria, como posteriormente y durante mucho tiempo lo tuvo de total y absoluta decadencia.

El caso es que han pasado gobiernos y gobiernos por el Ayuntamiento de San Bartolomé y por el Cabildo de Lanzarote a los que se ha preguntado por ese auténtico adefesio sin que en la mayoría de los casos supieran qué contestar. Han estado pasándose la papa caliente los unos a los otros sin dar una respuesta que ahora no parece muy lejana en el tiempo y que habría sido relativamente sencilla de hallar con algo más de interés. No en vano, las ruinas de la antigua discoteca están en un lugar céntrico de la Isla, cerca de una autovía y de una carretera secundaria por la que pasan cada día miles de vehículos, los residentes que ya no reparan en el mamotreto y los visitantes a los que les sorprenderá que eso esté ahí y en esas condiciones.

El final de la historia podría estar cerca si el Cabildo que preside el nacionalista Oswaldo Betancort tuviera intención de resolver el entuerto. Así al menos lo cree la concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de San Bartolomé, Marlene Romero, que ha dejado claro este lunes durante su intervención en el programa “A buena hora” de Crónicas Radio que por parte de la institución municipal se ha hecho todo lo posible ya para que eso no esté ahí. “La discoteca Maui es un debate que hemos tenido durante años. Es un inmueble que está en manos privadas y en servidumbre de carreteras regionales en este caso que están delegadas a la Corporación insular. Nosotros, como Ayuntamiento, no tenemos margen de maniobra. Lo que hemos hecho desde la Oficina Técnica que yo dirijo ha sido un informe de ruinas”, adelantó la concejal.

De este modo, tiene claro que la actuación siguiente debería producirse desde el poder insular. “Lo que procede ahora es que el Cabildo, que es quien tiene las competencias de servidumbre de carreteras regionales, expropie eso que está en esas servidumbres. Nosotros no podríamos aunque quisiéramos porque no está dentro de nuestras competencias”, insistió.

Marlene Romero, que no quiso entrar en lo que había sucedido en los años anteriores, dijo que su misión ha sido no pasar por alto el tema y mucho menos mirar para el otro lado, logrando incluso que hasta los propietarios de aquel inmueble abandonado estén de acuerdo en lo que pretende la institución municipal, que no es otra cosa que se proceda a una expropiación forzosa y se haga desaparecer aquello de allí. “Hemos instado muchas veces al Cabildo, hemos tenido reuniones con los propietarios y parece que todos estamos de acuerdo en que ese inmueble no puede estar ahí. Pero lo que parece también una obviedad es que a quien le compete no inicia el expediente para una expropiación forzosa, que es lo que debería hacerse, y derribar aquello, porque está dentro del margen de las servidumbres de carreteras de carácter regional, que en este caso, insisto, no nos corresponden a nosotros”, detalló por último la concejal de Urbanismo.

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